CHILPANCINGO, MX.- En respuesta a la omisión de las autoridades, un grupo de ganaderos y campesinos de la parte serrana del municipio de Zihuatanejo anunció la creación de una nueva policía comunitaria.
Paradójicamente, en esa misma zona –que conecta las regiones Costa Grande y Tierra Caliente, donde los narcotraficantes se disputan la producción de heroína y cristal– el gobierno de Héctor Astudillo Flores impulsa uno de sus cinco proyectos estratégicos de desarrollo.
Desde hace una década ese lugar ha sido el escenario de una batalla entre bandas criminales no solo por el control político de la región, sino también para imponer su hegemonía.
Pero con Héctor Astudillo Flores al frente del gobierno, la crisis de inseguridad, violencia y descaro de la delincuencia se agudizó.
Los criminales, quienes mantenían su guerra en las calles, la llevaron a la sierra y el mar, pero también a las redes sociales, donde han difundido nombres de políticos y autoridades presuntamente vinculadas con el narco.
También se lanzan retos a través de sus cuentas en Facebook, donde los sicarios se exhiben con uniformes militares portando fusiles de asalto y lanzagranadas, en franco desafío a las autoridades.
En esa zona, el mandatario estatal anunció uno de los cinco proyectos estratégicos de su administración, enfocados en el desarrollo de un puerto marítimo en el municipio de La Unión, o una ampliación del puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, lugar controlado por el narco. (Fuente: Proceso)