CHETUMAL, MX.- Manuel Palacios Herrera, auditor especial quien funge como encargado de despacho de la Auditoría Superior del Estado, aceptó que participó en las auditorías ordinarias sobre los organismos públicos que no generaron denuncias penales, pero negó incurrir en alguna complicidad, pues las irregularidades detectadas fueron informadas debidamente.
El funcionario, que ingresó su solicitud junto a 14 otros ante el Congreso del Estado para ser nombrado titular de esta dependencia, recalcó que el responsable de las auditorías anteriores era el entonces titular, Javier Zetina González, y que él sí reportó irregularidades, aunque no renunció a su cargo “porque de esto vivo”.
Interrogado por la prensa después de revelar la presentación de 27 denuncias penales por el desvío de 11 mil 813 millones de pesos ocurridos en los dos últimos años de la administración estatal anterior, el auditor inicialmente explicó que los hallazgos llevados ante la Fiscalía General del Estado derivan de una auditoría especial, hecha sobre el porcentaje restante que no se había revisado.
La revisión ordinaria, explicó, se hizo sobre un 65% de las cuentas públicas y sólo fueron “de gabinete”, sin visitas a campo, supuestamente por falta de recursos. Desde que se pidió una auditoría especial y se autorizaron fondos adicionales, se completaron.
Ante la insistencia e incredulidad de los reporteros, ya que se trata del mismo equipo que hizo ambas auditoría, señaló que sí hubo irregularidades detectadas en la primera, las que se señalaron como observaciones. Éste, siendo uno de los caminos que puede tomar la Auditoría, además de procesos administrativos, denuncias ante los órganos internos de control y denuncias penales.
“La Auditoría es una institución orgánicamente estructurada y los trabajos que se realizaron eran la responsabilidad era del titular”, contestó a la pregunta de si no habían irregularidades que ameritaban denuncias.
En este sentido, afirmó que ya existe una Unidad de Vigilancia que será la encargada de valorar el desempeño del auditor anterior y ver si tiene alguna responsabilidad por los hechos.
Insistió que su rol en la auditoría anterior era la generalidad de las revisiones presentadas y que las irregularidades se reportaron, como está documentado en los pliegos, pero no le competía a él presentar denuncias, pues hasta allí llegaba su nivel.
A pregunta expresa de que por qué no renunció, dijo que “de esto vivo”, pues ha sido su único trabajo el de funcionario público desde hace 15 años, antes siendo parte de la contaduría mayor de Hacienda.
“No es complicidad propiamente, yo presenté los trabajos y correspondía a los superiores valorarlo”, insistió ante los persistentes cuestionamientos.
Sobre las denuncias presentadas, señaló que hasta allí llegaba su trabajo, salvo que alguna autoridad requiriera información adicional, por lo que los plazos de investigaciones y tipificación de delitos dependen ya de la Fiscalía General del Estado.
Sobre si él tenía una ventaja como candidato a la Auditoría Superior del Estado por ser quien detectó lo que nadie más hizo, señaló que eso ya dependía del Congreso del Estado. (Noticaribe)