(Se autoriza la reproducción total de ésta carta en cualquier medio digital o impreso)

Por Raúl Caraveo Toledo       @raulcaraveo 

En los recientes días los fenómenos naturales han sido severos con México, la respuesta del Presidente Enrique Peña Nieto ha sido adecuada, desde los primeros eventos de emergencia se ha hecho presente con todo el aparato de Estado, la presencia casi permanente en los sitios de tragedia es reconfortante para los miles de ciudadanos afectados, el trabajo que sigue es abrumador por el monto de daños y reparaciones o construcción de viviendas. Empresarios privados están respondiendo positivamente en los casos de Chiapas y Oaxaca.

Aún no se ha podido confirmar el volumen de aquella tragedia cuando otra catástrofe –en el centro del país- llega a enlutar miles de familias.

La respuesta del Presidente fue inmediata en la zona de desastre de la ciudad de México, cuando por quinta o sexta ocasión viajaba al Istmo de Tehuantepec, de inmediato regresó a la capital.

Se continúa evaluando los daños, pero las imágenes y videos en redes muestran la magnitud del desastre, hoy grabado en tiempo real por miles de ciudadanos.

El trabajo de reparación de daños y vuelta a la normalidad de miles de familias se antoja complicadísimo bajo los actuales esquemas que se han utilizado.

Aunque la solidaridad del pueblo mexicano se pone de manifiesto y es de enorgullecernos no va a ser suficiente.

Hoy más que nunca se requiere de medidas radicales que muestren la disposición de toda una clase para enfocarse en la reconstrucción de Chiapas, Oaxaca, Morelos, Puebla, Tlaxcala, Ciudad de México y cualquier otra localidad afectada, cualquier rincón, municipio, es tan importante como la Ciudad de México. Al mencionar una clase me refiero a la CLASE POLÏTICA de México.

Hasta hoy Enrique Peña Nieto ha enfrentado los acontecimientos, pero, repito no será suficiente.

Es momento que el Presidente Enrique Peña Nieto utilice su nivel preferente de envío de iniciativa al Congreso para acordar el recorte del 95% o 100% del presupuesto asignado a los partidos políticos en el proceso electoral 2017-2018 con ésta iniciativa los partidos políticos enanos y divorciados de la sociedad tendrán que emplear a los medios de comunicación en tiempos oficiales, las campañas deberán ser imaginativas y no podremos ver inundadas las calles de publicidad política por algún candidato, no existirán playeras, láminas de cartón, despensas, gastos insultantes, basura electoral.

Bajo las actuales circunstancias en México tenemos que unirnos para exigir que los partidos políticos no reciban ningún dinero para campañas, no queremos ver espectaculares, ni volantes, ni posters, ni promocionales en radio y Tv pagados con dinero del pueblo. Todo el dinero que se destinaría a esas campañas queremos que se utilice íntegramente en la reconstrucción de forma inmediata.

Con la misma velocidad que el Instituto Nacional Electoral pone a disposición de los partidos políticos sus “prerrogativas” es momento que lo haga con la reconstrucción de los daños, con la misma velocidad.

Si el Presidente Enrique Peña Nieto no desea hacer uso de sus facultades constitucionales para ese fin; la iniciativa puede provenir de alguna mayoría dentro de la Cámara de Diputados; puede ser la del PRI-PVEM-PNAL, puede ser PAN-PRD, o puede ser Morena.

Solo estos actores políticos tienen la oportunidad de renunciar a su círculo vicioso de poder-dinero-poder-dinero que nosotros los ciudadanos les hemos permitido con nuestra indiferencia.

El uno de julio de 2018 se elegirán; un presidente, 128 senadores, 500 diputados federales, 8 Gobernadores (Chiapas, Guanajuato, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán) un jefe de gobierno en la Ciudad de México; 2800 cargos de representación en los Estados, en total 3416 cargos públicos.

Para este evento oficialmente se destinan 6 mil 800 millones de pesos para los partidos; para un padrón de 88 millones de votantes de los cuales solo votan menos de 38 millones, un partido en alianza que logre sumar de 15 a 16 millones de votos es el que obtiene la presidencial. El juego consiste en dividir el voto y a su vez consolidar una alianza entre enanos que haga llegar a los 15 millones.

Para tal efecto el empobrecimiento del pueblo es muy efectivo, les ha dado resultado anteriormente.

Voltear la mirada hacia un pueblo empobrecido y ahora lastimado por la naturaleza para repararlo sé que es una actividad poco común, pero hoy necesaria.

Hago uso de mis facultades ciudadanas para pedir respetuosamente respuesta en el mismo espacio.

 @raulcaraveo 

*Raúl Caraveo Toledo es licenciado en ciencia política por la UAM, ex catedrático de las Facultades de Psicología y de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la  Universidad Veracruzana, ha sido analista de estudios económicos de PEMEX, profesor de diversas instituciones privadas y Consejero electoral del IFE-INE de  Quintana Roo de 2005 a 2015,  asesor de la XIII legislatura de Quintana Roo, Conalep Quintana Roo, escribe para www.sdpnoticias.com www.insurgentepress.com    www.gobernantes.com    www.revistadigitalqr.com..mx  www.todoincluidolarevista.com www.noticaribe.com www.pedrocanche.com  y en Chicago, Illinois www.laprensaus.com   

 

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