Parecería que las competencias es también un asunto de relaciones públicas.
Más allá de la preparación y estudio de cada compareciente o la profundidad y filo de las preguntas de los diputados, parece que lo más importante son las relaciones públicas de los integrantes del gabinete que tienen que ir a comisiones de la Legislatura.
Y los diputados terminan midiendo con diferentes varas a los comparecientes.
Por ejemplo, a Jorge Portilla, el titular de Sintra, le fue más que bien.
Y si en un lugar el cambio no ha llegado es, precisamente, en Sintra. Y para muestra basta un botón. No solo no ha hecho nada contra las “urvans” del llamado Transporte Terrestre Estatal (TTE), que son las concesiones hechizas que dieron Félix González Canto y Roberto Borge en Cancún, sino que además lo han validado.
Este tema, no sólo se trata de corrupción, sino hasta de seguridad de los pasajeros de la TTE, e incluso de afectación de la movilidad de la ciudad.
En contraste, a Manuel Alamilla le fue como en feria. No quiere decir que el Oficial Mayor sea una blanca paloma, sino que demuestra que los diputados no miden con la misma vara.
Lo importante es que en las comparecencias, cada funcionario detalle lo que le corresponde ampliar del informe de gobierno y que no sean una ‘prueba’ de que tan ‘amigo’ es de cada uno de los diputados.