El empresario inmobiliario Carlos Mimenza irrumpió en la escena pública con denuncias sobre supuestos actos de corrupción contra diversos funcionarios y ex funcionarios. Empezó con personajes como Mauricio Góngora y José Luis ‘Chanito’ Toledo, ambos de Playa del Carmen, y acabó con integrantes del actual gobierno estatal.

Esta bandera de combate a la corrupción y con las redes sociales como principal herramienta, lo convirtieron en todo un personaje y atrajo a su causa miles de seguidores hartos de la impunidad de toda la clase política, no sólo de Quintana Roo, sino de todo el país.

Sus mensajes eran difundidos básicamente en distribución pagada en Facebook, con alcance en todo el País, lo que le generó que sus denuncias y comentarios tuvieran miles de vistas, comentarios, ‘compartidas’ y ‘likes’.

Pero, en su derrotero, pasó de ser un activista anticorrupción, a comunicador, para luego volverse ‘autodefensa’ y, finalmente, buscar una insólita sociedad con narcos para combatir, según, la impunidad de los políticos.

En sus denuncias no dejó a títere con cabeza y lo mismo descalificó a Noticaribe que a Carmen Aristegui, e inició una ofensiva contra Lydia Cacho. De repente, todos estaban mal y sólo él estaba bien.

Y paulatinamente, Mimenza perdió impacto en las redes, a pesar de emplear múltiples personalidades, incluida la más reciente, de brigadista, para atender a damnificados de los sismos del centro y sur-sureste del país.

En tan sólo unas semanas, pasó de ser un personaje referente contra la corrupción y la impunidad, a un rijoso virtual de redes sociales.

Pero, sistemáticamente, el contenido de sus mensajes y las múltiples personalidades con las que se presentaba dejaron de llamar la atención de los usuarios de redes sociales, y hasta de sus seguidores.

Y anoche, divulgó en redes sociales que fue víctima de un atentado cuando transitaba a bordo de su automóvil cerca de Muyil, por cierto, una zona sin señal de telefonía celular.

 El empresario mostró que su automóvil recibió cuatro impactos de bala, en la puerta del conductor, aunque él no sufrió herida alguna.

Y de inmediato sentenció:

“Esto es obra del Gobernador Carlos Joaquín González y del fiscal Miguel Ángel Pech Cen por las denuncias que hemos puesto”.

Y tras esta denuncia, Mimenza otra vez volvió a acaparar la atención, casi como en sus mejores tiempos.

Renació a la fama.

Pero, lo más importante, es que resultó ileso.

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