Por Leslie Gordillo 

Video: Gonzalo Zapata

CANCÚN, MX.- Son cerca de 11 mil 500 tumbas las que se encuentran en el panteón Los Olivos de Cancún, las cuales se han integrado poco a poco en los últimos 25 años, y aunque al panteón ya sólo le queda una vida útil de aproximadamente dos años, miles de familias acuden cada año y lo seguirán haciendo para honrar a sus muertos.

Cada tumba es diferente, las familias deciden adecuarlas según los recuerdos de la persona, pero las visitas las hacen una o dos veces al año, son pocos los que acuden regularmente, sin embargo, quienes diariamente están allí, son los sepultureros, como Leonardo Francisco Gamboa Cob, quien no planeaba trabajar en uno, pero que asegura, es como cualquier otro empleo.

“Me dijeron que iba a trabajar de jardinero, por un amigo, ya hasta que me citó en el panteón supe que era acá, pero ya nos adaptamos al trabajo, es algo que se vuelve normal”, explicó.

Su trabajo consiste principalmente en construir las tapas y bóvedas para las tumbas, es decir, adecuar de la mejor manera el lugar para que lleguen a ocupar ese sitio quienes han perdido la vida, encontrando desde las tumbas más sencillas, hasta altos mausoleos.

“En el área de bebé ahorita hay unas cunitas que están de moda, en el área nueva hay varios modelos, de granito, de lozas; el cliente o el difunto, sus familiares tratan de hacer la casita a personalidad del fallecido”, detalló.

Aunque es difícil ver a familias enteras sufrir por la pérdida de un ser querido, ellos les dan el espacio para su duelo. Leonardo reconoció que trabajar en un panteón es atemorizante, pero no para él, sino para todas las personas que le preguntan por fantasmas e historias de terror dentro del recinto, pues tanto él como sus compañeros están más que acostumbrados a esta labor, rodeada únicamente de leyendas urbanas.

“Es un lugar de trabajo como cualquiera, existe el tabú de que es un panteón y la mente te hace pensar que es algo fuera de lo normal, pero quienes estamos trabajando aquí lo vemos como si trabajaras en algún hotel o un restaurante, es algo familiar… mi familia dice cómo puede ser que allí te la pases tanto tiempo, es como todo no, yo creo que la experiencia, a algunos nos toca hacer limpieza, vender y yo estaba destinado a este trabajo porque me siento contento de estar aquí”, finalizó.

El próximo 1 y 2 de noviembre los cancunenses llegarán a visitar a sus difuntos, en un ambiente que aseguran es 100 por ciento familiar, con eventos culturales y misas especiales, el día 1 a las 12 y 5 de la tarde y el día 2 a las 8 de la mañana, 12 y 5 de la tarde. (Noticaribe)

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