Otro grupo de trabajadores fue despedido de ese medio de comunicación y el tabasqueño no solo se niega a pagarles el ‘finiquito’, sino hasta sus salarios.
Por si fuera poco, Canabal pretendió que la mayor parte de este grupo de trabajadores le firmara un contrato en que aceptan permanecer dos años en esta ’empresa’, el cual incluía una penalización que debían pagar los trabajadores que optaran por irse antes.
Durante la ‘oncena trágica’, Carlos Canabal levantó todo un muro de impunidad con juicios laborales. Despidió sin ton ni son a los empleados, los cuales nunca tuvieron derecho a ningún tipo de pago por despido injustificado, pues el tabasqueño hizo valer sus influencias de ‘medio comunicación’ y su amistad con Félix González y Roberto Borge.
Y ahora, con el gobierno ‘del cambio’, Carlos Canabal pretende seguir en la las mismas.
Pero como dirían los clásicos: “la culpa no es del ‘chancho’, sino de quien lo atraganta de comida”.