El huso de horario es un asunto que divide a los quintanarroenses, o peor aún, profundiza la división entre el próspero, pero devastado norte turístico, y el Sur y la Zona Maya que aún esperan ‘el desarrollo’.
El principal argumento por el cual Roberto Borge, a iniciativa de Cristina Alcayaga y otros empresarios y gerentes de Cancún, promovió el cambio de huso de verano (de invierno) fue precisamente que implicaría más visitantes del este de Estados Unidos.
Diversos sectores del sur y centro del estado sostienen que no ven ningún beneficio por el cambio de horario. Este sentir fue atendido esta semana por un grupo de diputados locales.
Y en efecto, los campesinos mayas siguen sacando un rendimiento de 400 kilogramos de maíz por hectárea y los chetumaleños no tienen mejor perspectiva laboral que la del gobierno.
Pero durante todo este tiempo, los empresarios del ‘norte’ no han logrado presentar los maravillosos resultados de este cambio de huso horario.
Incluso, ayer, en una rueda de prensa de ‘pánico’ ante el pronunciamiento de algunos diputados de revertir el cambio de huso horario, empresarios cancunenses no lograron precisar el verdadero impacto de dicha medida para Quintana Roo.
Y mientras no den resultados, la única justificación que sostenga el actual huso horario de Quintana Roo es que se trató de un capricho de un grupo que satisfizo Roberto Borge.
Señor Córdova:
Le reto a que me demuestre que el huso horario que tenemos actualmente es el que nos corresponde, cómo usted dice.
Con que argumento sostiene esa falsa afirmación?
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