La apertura de Uber en Quintana Roo, tras casi dos años de persecución y violencia, no es para nada una graciosa concesión.

En la balanza están los intereses del Sindicato de Taxistas ‘Andrés Quintana Roo’ y la actividad turística de Quintana Roo.

Los turistas que visitan Quintana Roo prefieren Uber, que el servicio de taxistas locales. Las razones son muchas y diversas, pero prefieren la ‘plataforma’.

Pero los taxistas no han podido competir ante la nueva opción y su única defensa es proscribir de Cancún a Uber y todo lo que se parezca.

Sin embargo, la esencia de Cancún es el turismo y simplemente no hay de otra: Uber debe de entrar con todas las de la ley.

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