Tras 11 años, quizá un poco más, de gobiernos autoritarios, el gobernador Carlos Joaquín ha buscado cambiar un poco las cosas y ha dejado a los organismos autónomos, los ayuntamientos y hasta a los partidos que lo apoyan, ejerzan, precisamente, su autonomía.

De esta manera, por ejemplo  hay un presídete del Tribunal Superior de Justicia que no es ‘joaquinista’ y no hay presiones, como en el pasado, a alcaldes que forman parte de la ‘oposición’.

Pero como dirían los clásicos, “una cosa es una cosa y otra cosa, es otra cosa”. Esta autonomía no es aplicable para el Sindicato de Taxistas ‘Andres Quintana Roo’.

En los hechos, los sindicatos de taxistas son paraestatales y no pueden dejarse así como así.

En su momento, Roberto Borge impuso a Eric Castillo al frente del Sindicato de taxistas ‘Andres Quintana Roo’, al cual fortaleció, incluso, con instrumentos fuera de la Ley al repartir a diestra y siniestra las concesiones de Transporte Terrestre Estatal (TTE).

Ahora Eric Castillo impuso a su ‘delfín’ Erasmo Abelar Cámara.

Y el ‘borgismo’ sigue vigente.

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