El ‘chapulineo’ es mal endémico de la democracia mexicana y si bien parece no tener remedio, hay casos que son infranqueables.
El ex priista Jorge Portilla y el panista Fernando Zelaya dejaron la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra) y la presidencia de la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Congreso del Estado, respectivamente, en busca de ser presidentes municipales de Tulum y Othón P. Blanco (Chetumal) y, en el peor de los casos, serían regidores.
Pero ambos dejaron pendientes tareas que son prioritarias, que son la regulación del transporte y resolver los conflictos de movilidad en ciudades y algunos tramos carreteros del estado.
Cancún y Playa del Carmen padecen severos problemas de movilidad, derivadas en mucho porque no se ha podido o no se ha querido meter en orden el transporte.
Particularmente, cancunenses y playenses padecen el que Portilla y Zelaya no hicieran la tarea.
Pero simplemente botaron todo para ahora buscar el voto en Tulum y Chetumal.