Se ha demostrado una y otra vez que ocultar, tapar, minimizar, no es la mejor estrategia ante una situación de crisis.
La dependencia casi absoluta de la actividad turística, si bien obliga manejar con cautela y precisión la información que podría afectar los destinos de Quintana Roo, no significa que por todos los medios se busque ‘echarle tierrita’ a los ‘eventos delicados’.
En la explosión en uno de las embarcaciones de Barcos Caribe se insistió en usar la receta clásica de ocultar, tapar y minimizar.
Pasaron más de ocho días, tras la explosión, y la Fiscalía optó por la política del avestruz.
Pero la situación se ha salido de control, luego que el Gobierno de Estados Unidos reveló que fue un artefacto explosivo lo que provocó el estallido en uno de los costados del barco ‘Caribe I’.
De nada sirvió ocultar, tapar, minimizar.
