Por Leslie Gordillo | Fotos y video: Gonzalo Zapata
CANCÚN, MX.- Fue el 20 de abril de 1970 cuando llegó el campamento de constructores Consorcio Caribe para iniciar la historia de lo que hoy es Cancún.
Sin embargo, fue hasta 1974 cuando realmente comenzó a funcionar como la “Ciudad de Apoyo”, pues en su momento en el plan maestro se subestimó su futuro, pensando que sólo sería un área para dormir, sin identidad, sin alma y sin ciudadanos propios.
“La ciudad de Cancún no tenía un eje a partir del cual iba a partir, porque se suponía que iba a crecer en mini ciudades como la Ciudad de México, donde no vas al Zócalo, te vas a las delegaciones… cada una tiene su palacio municipal, posteriormente tal vez pensaban hacer una especie de delegaciones y yo creo que en el futuro va ser así, cuando esta ciudad rebase los 2 millones, vamos a necesitar espacios alternos porque esa zona no tiene ni estacionamientos, ni el soporte, no está hecho para eso”.
Francisco Verdayes | Periodista
“La ciudad de Cancún no tenía un eje a partir del cual iba a partir, porque se suponía que iba a crecer en mini ciudades como la Ciudad de México, donde no vas al Zócalo, te vas a las delegaciones… cada una tiene su palacio municipal, posteriormente tal vez pensaban hacer una especie de delegaciones y yo creo que en el futuro va ser así, cuando esta ciudad rebase los 2 millones, vamos a necesitar espacios alternos porque esa zona no tiene ni estacionamientos, ni el soporte, no está hecho para eso”, puntualizó Francisco Verdayes, investigador de la historia de este grupo de trabajadores que se convirtieron, con el tiempo, en los primeros pioneros de Cancún.
Quienes hicieron el plan de Cancún, pensaron que no necesitarían de una zona comercial porque cada una era autosuficiente, pero después se dan cuenta de los errores, el éxito turístico empieza a percibirse y vinieron los ajustes a la zona fundacional. En abril de 1975 toma protesta el primer alcalde, pero despachaba desde el Hotel El Parador y fue hasta noviembre de ese año cuando se inaugura el palacio municipal.
“Es muy natural que cuando vamos a una ciudad queremos conocer el centro, entonces Avenida Tulum se convirtió en la zona comercial preferida de los visitantes, había muchos restaurantes, boutiques con éxito, tiendas de importación, en aquella época era un perímetro libre y algunas tiendas de souvenirs y tiendas dedicadas al turismo”, recordó Fernando Martí, cronista de Cancún.
Las Palapas, la Avenida Nader y la Avenida Yaxchilán eran zona habitacional, pero ante el éxito e interés de turistas se transformó en comercial, sin embargo, nunca fue una zona adecuada para ello y eso fue parte de lo que influyó en que la zona fundacional quedara en el olvido.
Las Palapas, la Avenida Nader y la Avenida Yaxchilán eran zona habitacional, pero ante el éxito e interés de turistas se transformó en comercial, sin embargo, nunca fue una zona adecuada para ello y eso fue parte de lo que influyó en que la zona fundacional quedara en el olvido, explicó Verdayes; sin embargo, todo fue tan rápido, que los turistas estaban cada vez más lejos del centro.
“De hacer un viaje de cuatro o cinco kilómetros tenían que hacer un viaje de 15 o hasta 20 kilómetros, entonces esa fue una de las razones y la otra es que una serie de administraciones municipales incompetentes fueron descuidando el centro de la ciudad”, lamentó Martí.
Con el tiempo ha ganado la tendencia negativa, imponiéndose la basura, los grafitis y los locales cerrados sobre lo exitoso de una zona que tuvo varios mercados de artesanías y souvenris en una sola supermanzana, todos con gran afluencia, pero que hoy son sitios abandonados casi en su totalidad, lugares por los que ya nadie quiere ni caminar. Un centro poco atractivo que ya no recibe visitantes, ni locales y en donde los negocios sobreviven con gran dificultad, sobre todo ahora con tantos problemas de inseguridad.
“La inseguridad es una plaga que tarde o temprano nos va pasar factura, estamos en un proceso de acapulqueñización, estamos siguiendo los mismos pasos que Acapulco y la inseguridad tarde o temprano nos va pasar factura, el hecho de que ahorita tengamos ocupaciones récord, no nos debería hacer sentir optimistas con respecto al futuro, si no le ponemos un remedio al tema de la inseguridad”.
Fernando Martí | Cronista de Cancún
“La inseguridad es una plaga que tarde o temprano nos va pasar factura, estamos en un proceso de acapulqueñización, estamos siguiendo los mismos pasos que Acapulco y la inseguridad tarde o temprano nos va pasar factura, el hecho de que ahorita tengamos ocupaciones récord, no nos debería hacer sentir optimistas con respecto al futuro, si no le ponemos un remedio al tema de la inseguridad”, puntualizó el autor del libro “Cancún, sueño de banqueros”.
Muchas ciudades del mundo han tenido momentos de crisis, con procesos de degradación que pueden arreglarse, pero que requieren talento, esfuerzo, imaginación, recursos e interés. Hace unas semanas lanzaron nuevamente un proyecto para recuperar el centro y reactivar su economía, pero han sido ya tantos los que prometieron lo mismo, que hasta no ver resultados reales, es difícil creerlos.
“Particularmente pienso que si queremos reactivar Cancún le tenemos que meter muchas cosas que estimulen a la gente a que vaya… tienes que meterle diversión al centro, mientras queramos que la gente vuelva porque las calles están bonitas, no va ser así, necesitamos que la gente vaya por algo”, consideró Verdayes.
“Hay que echarle ganas a este Cancún, tiene una problemática compleja, pero nuestros problemas no son más grandes que nuestro talento e imaginación, es cosa de ponernos de acuerdo”, finalizó Fernando Martí. (Noticaribe)
