El estallido en uno de los ferries de ‘Barcos Caribe’ y el ‘hallazgo’, días después, de un objeto atado a la pala de estribor de otra embarcación de la misma empresa, acabó ‘partidizado’.

Ya hay versiones según cada grupo político, pero básicamente se consolidan dos.

La versión de los ‘borgistas’ es que se trató un acto de sabotaje contra ‘Barcos Caribe’ frente a la competencia del llamado ‘duopolio’ de ‘México Waterjets’, de los yucatecos Molina, y ‘Ultramar’ del ‘cancunense’, Germán Orozco.

En contraste, la versión del Gobierno estatal, que primero fue la de un estallido de máquinas, ahora es que se trató un atentado con fines electorales y económicos.

En tanto, son peras o son manzanas, la Fiscalía General del Estado (FGE) apenas informó ayer, 12 días después de la explosión, que se había declarado incompetente, y que el asunto ya estaba en la PGR.

Sí, así mero, como caso del tiroteo del ‘Blue Parrot’, en que aún nadie sabe qué pasó ahí, tras un más de  año de investigaciones de la PGR.

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