CIUDAD DE MÉXICO.- El sacerdote Carlos López Valdés fue sentenciado a 62 años de cárcel por el delito de abuso sexual cometido contra Jesús Romero Colín.
“El juez le dictó 62 años de cárcel por los delitos que cometió en mi contra”, informó el propio Romero Colín en una entrevista que concedió a Cristina Sada Salinas y que ésta subió a su cuenta de Facebook.
Esta sentencia, consideró el afectado, es un “aliciente” para todas las víctimas que han sido abusadas por sacerdotes pederastas, ya que demuestra que es “posible alcanzar justicia”.
Romero Colín indicó que desde 2008 interpuso su denuncia contra el sacerdote López Valdés ante la Procuraduría General de Justicia (PGJ) capitalina, pero la dependencia entorpeció las investigaciones debido a la intervención de Armando Martínez, el abogado del cardenal Norberto Rivera Carrera, entonces arzobispo primado de México, quien movió todas sus influencias para que el caso no avanzara.
Ahora, con la sentencia de 62 años de cárcel para el cura abusador, “gané una guerra”, soltó la víctima, quien tenía 11 años cuando en 1994 se desempeñó como acólito del padre López Valdés en la parroquia de San Agustín de las Cuevas ubicada en Tlalpan, al sur de la Ciudad de México. Desde entonces y hasta 1999 el sacerdote abusó sexualmente de su monaguillo en la casa parroquial de ese templo.
Hasta 2007 Romero Colín y su familia se atrevieron a denunciar al cura ante la Arquidiócesis Primada de México, que le abrió un proceso eclesiástico, lo encontró culpable y lo inhabilitó formalmente como sacerdote. Tiempo después fue denunciado ante la PGJ.
Sin embargo, el párroco seguía oficiando misas en la Ciudad de México, mientras la dependencia capitalina mantenía el caso congelado, denunció Romero Colín, en 2015, al semanario Proceso (número 2004).
La víctima incluso envió una carta al Papa Francisco, en 2013, donde le contó todas sus tribulaciones y la impunidad de que gozaba el pederasta. Y el pontífice, inusitadamente, le respondió con otra misiva que le escribió de puño y letra. Le manifestó que sentía “dolor” y “vergüenza” por su caso, y le pidió “perdón en nombre de la Iglesia”.
El 27 de agosto de 2016, López Valdés fue arrestado en su casa de descanso en Jiutepec, Morelos, y trasladado al Reclusorio Oriente de la Ciudad de México, acusado por el presunto delito de “violación”. Hoy finalmente se le dictó sentencia. (Fuente: Proceso)