Por Leslie Gordillo
CANCÚN, MX.- Dicen que para que Cancún siga siendo un destino de talla mundial tiene que renovarse constantemente, pero no siempre eso significa darle plusvalía; y es que mucho se habla de la sobredensificación que puede haber ya en la zona hotelera, pero en donde las construcciones simplemente no cesan.
Basta circular en horas pico por Party Center, para sufrir del caos vial parecido al de las ciudades más grandes del mundo, en donde la excesiva carga vehicular provoca que los autos vayan a vuelta de rueda. Sin embargo, parece que siempre se encuentra un nuevo espacio en donde edificar, como el caso del nuevo centro de hospedaje de lujo que está en construcción, el resort y spa Royalton Cancun, que abrirá sus puertas en el próximo invierno, según anunciaron y que busca llegar a un turismo de lujo.
“El tema de en dónde podemos desarrollar y en dónde no, yo no tengo respuesta para el tema, pero lo que sí puedo decir es que hay destinos que están pensados para esto y donde la infraestructura tiene que avanzar en este sentido… A final de cuentas creo que lo que hay que trabajar, si ya tenemos un aeropuerto internacional, si hay infraestructura, es precisamente en cambiar las prácticas y construir de forma mucho más responsable”, puntualizó Vicente Ferreyra, director de Sustentur.
Pero, a la par de esa intención por incrementar las tarifas y captar visitantes de alto poder adquisitivo, está la nueva moda de quedarse en viviendas o en hostales, a menores costos y en donde la mayoría de los huéspedes lo que más busca es ahorrar. En menos de tres meses, dos nuevos hostales se instalaron en este boulevard y en puntos totalmente estratégicos que deberían ser justo ejemplo del alto poder adquisitivo.
Desafortunadamente, Cancún ha sufrido de la aparición de muchos proyectos que surgen sin contar con los permisos, como ocurrió hace un año con la Rueda de la Fortuna en Coral Negro, que fue suspendida luego de la presión por parte de la sociedad y que hoy ya funciona, pero en plaza La Isla; por lo que la confianza sobre si se están haciendo bien las cosas queda a flote.
Construcciones van y vienen, incluso parte de las renovaciones que hay en la principal avenida del Caribe mexicano y en sitios reconocidos desde hace años, dejan mucho que desear con infraestructuras que más que modernas, parece que buscan bloquear accesos para personas con discapacidades, por ejemplo, cuando lo que se debería es buscar la inclusión.
Opiniones sobre estos cambios puede haber muchas, lo cierto es que tendremos que esperar a que el 100 por ciento de las obras esté concluido, para ver si realmente hay resultados positivos o por el contrario, sólo afectan el futuro de este destino. (Noticaribe)
