Para la experta, en México se cuenta con un marco legal robusto para proteger el entorno natural, por lo que no se requieren más leyes, sino una mayor vigilancia para evitar que obras generen un daño ambiental irreversible.
En su opinión, lo ocurrido en Tajamar, detenido después de la introducción de calles y de la tala de una extensión del mismo, fue una reacción tardía en cuanto a denuncias y amparos, lo que derivó no sólo en daño ambiental, sino en pérdidas económicas.
A decir de la especialista, aún “hay muchas playas para desarrollar”, y la autoridad fomenta la protección de los manglares y la duna costera. (Noticaribe)