CANCÚN, MX.- Andrei, “El Talachas”y José “El Polivoz” desde la infancia eran inseparables.
Crecieron en la misma región 95, donde vivieron toda su vida al igual que otro grupo de amigos y en su rumbo impusieron su ley.
En la tarde fatídica, volaron papalotes para luego ir a conocer en la pequeña coctelería “La Guadalupana”, en la misma región 95, cerca de la casa del “Talachas”.
Frecuentaban el lugar y se despidieron de los dueños, a lo que también conocían desde hace muchos años, sin saber que era la última vez que lo harían.
Los amigos fueron atacados por tres presuntos sicarios, en la calle 113, una cuadra antes de la avenida Industrial, que iban a bordo de un “Versa” gris polarizado.
Fueron más de 30 detonaciones que se escucharon prácticamente hasta en un kilómetro a la redonda.
La tarde del lunes alrededor de las 16:00 horas, los mismos vecinos reportaron al número de emergencias 911 a personas armadas y encapuchadas a bordo de un vehículo gris polarizado, a una cuadra de donde se registró el ataque.
Los amigos de José señalaron a Noticaribe, que apenas el “Polivoz” había salido de un cuadro de depresión, ya que hace justamente ayer cumplió dos años de que en un accidente en moto le provocara le amputaran la pierna izquierda.
Al enterarse que habían sido rafagueados sus amigos acudieron al lugar. Llegaron en unos segundos pues se encontraban a la vuelta donde del ataque.
Observaron como una patrulla de la Policía Federal, la 14963 llegó cuando apenas los presuntos responsables se daban a la fuga.
Tuvieron de frente a los presuntos sicarios.
“Los dejaron escapar”, dijeron con coraje los amigos, e incluso un familiar.
En la esquina de la calle 113 hay colocadas cuatro cámaras de videovigilancia, de esas que las administraciones de Roberto Borge y Paul Carrillo, presumieron eran de última generación.
Pero como siempre no funcionan al momento de una desgracia como la de ‘El Talachas’ y ‘El Polivoz’.
Hoy todavía se puede ver los rastros del ataque en el pavimento. Todavía están los círculos que marcaron policías señalando los casquillos calibre .223 y calibre 9 mm.
También quedan cuatro veladoras.
Dos, justo en la fachada principal del domicilio del “Talachas”, y otras dos metros más adelante donde Andrei fue rematado por los sicarios.
La familia y amigos, tristes por lo sucedido contaron que ambos dejaron familia, esposa e hijos. (Noticaribe)