Remberto Estrada dio ayer un golpe de autoridad como alcalde de la ciudad más importante de Quintana Roo y, una de las más importantes de México.
Remberto no se aferró a la relección. No había condiciones para ello.
En todo México no hay una cultura anti reeleccionista.
Pero, sobre todo, la violencia y la inseguridad pegaron directamente en la popularidad de Remberto.
Con el poder económico y político, que cualquiera tiene como Alcalde de Cancún, Remberto pudo hacer el intento, pero asistir a la reelección hubiera sido casi una necedad.
Ya sin la presión reeleccionista, Remberto tiene siete meses para lucirse y tomar medidas que en realidad lo hagan trascender.
Desde hace mucho a Cancún le urge un alcalde de tiempo completo.