Por Miguel Pérez León
Ambos médicos ─y de los mejores en sus especialidades─ pero sin méritos políticos suficientes para aspirar a la gubernatura de Tabasco, Luis Felipe Graham en 2012 como Jaime Mier y Terán ahora, apostaron a que sus padrinos políticos tendrían la fuerza suficiente para imponerlos a sus partidos, sin embargo, no tuvieron más que conformarse con la candidatura a la presidencia municipal de Centro; Graham no solo fracasó sino que lleva más de un lustro prófugo acusado de desvío de recursos públicos por el gobierno nuñista y la historia de Mier y Terán aún está por escribirse.
Ambos fueron secretarios de Salud y su momento se jactaron de grandes avances en infraestructura y servicios médicos, pero también protagonizaron la nota política de los diarios por señalamientos de corrupción y frivolidades. En noviembre de 2010 el hoy candidato a la senaduría por Morena, Javier May Rodríguez, acusaba a Graham Zapata de desviar recursos del Seguro Popular para pagar teléfonos celulares de su estructura política y la compra de una camioneta de lujo. Lo más escandaloso fue la adquisición de 600 kilos de salmón a un costo de casi 332 mil pesos, que supuestamente se utilizó para alimentar a los internos del Hospital General de Comalcalco.
Entre 2002 y 2006 Mier y Terán fue secretario de salud en el gobierno de Manuel Andrade, los reiterados señalamientos de beneficiar a amigos y parentela con la compra a precios inflados de medicamentos, insumos y equipos en “comercializadoras” a modo fueron ignorados, premiándolo con el fuero de una diputación local; posteriormente fracasaría en su intento de ser diputado federal. Ya para el 2011 y al frente de su fundación “Alianza por Tabasco” presionó a su entonces partido, el PRI, para ser considerado como candidato al gobierno del estado… al no conseguirlo renunció y, como suele decirse, puso su “estructura” al servicio de Arturo Núñez, quien ya instalado en Palacio lo designó Director General del Colegio de Bachilleres de Tabasco.
El depuesto dirigente del Sicobatab, José Ramón Díaz Uribe, una vez excarcelado en 2017 ─estuvo preso cuatro años─ acusó a Mier y Terán de quedarse con 150 millones de pesos que debieron entregarse a los jubilados del Colegio de Bachilleres de Tabasco por concepto de gratificación y lo responsabilizó de su encarcelamiento mediante un proceso amañado que atentó contra sus derechos humanos. Además, hace unos días circuló en redes sociales una lista con supuestos 100 aviadores que Mier y Terán incrustó en la nómina del Colegio de Bachilleres, pero que en realidad realizan trabajo político y sirven a las aspiraciones del ex madracista, ex andradista y puede ser que pronto ex nuñista.
Las similitudes entre aquella campaña de Luis Felipe Graham y la de Jaime Mier y Terán ahora, se entrelazan en el derroche de recursos y las llamadas estructuras conformadas al amparo de los puestos públicos. En 2012 Graham parecía candidato a una gubernatura “chiquita” pues contaba con todo el apoyo económico de Andrés Granier, incluso opacaba la campaña del perdedor Jesús Alí, candidato priista a la gubernatura. Hoy, Mier y Terán pareciera repetir la historia al realizar una campaña estridente, derrochadora y alejada de la ciudadanía, pero rodeada de incondicionales que operan el cobro y pago de favores.
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