En un capítulo más sobre la historia de Akumal, ahora abordaremos el tema del poblamiento, recordando que este recuento se da en el contexto de los conflictos que se han venido presentando por el control de la Bahía y por el abusivo aprovechamiento de la población de tortugas juveniles.
Es curioso observar que algunos habitantes del poblado se dicen “nativos” sin entender, quizá, lo que este concepto significa. El asentamiento es tan reciente que los nacidos aquí son apenas unos cuantos niños y jóvenes que no pasan de los 20 años de edad.
La mayoría de los habitantes actuales son inmigrantes. Un alto porcentaje es de yucatecos de pequeñas ciudades, también del resto de los estados del Sureste, aunque hay de toda la república y actualmente hasta extranjeros. Actualmente, la migración de chiapanecos es notoriamente alta.
Debemos destacar el modelo de poblamiento a lo largo de la Riviera Maya como un modelo de segregación económica ya que la carretera divide la zona turística costera de los llamados “poblados de apoyo”. De un lado los servicios turísticos y los dueños de los negocios y del otro lado, los trabajadores. Un esquema que no ayuda a la integración y que se aprecia con claridad en Puerto Aventuras y en Akumal. Podemos observar, también, que el desarrollo costero estaba más o menos organizado, mientras los poblados crecieron de manera espontánea, logrando la prestación de servicios públicos de manera siempre tardía, parcial y deficiente.
En Akumal los primeros pobladores permanentes fueron los empleados del Club de Yates y de los servicios de hospedaje y alimentos. De hecho, fueron construidos algunos cuartos en la plaza Ukana I para alojar a este personal.
Con el crecimiento, entre 1980 y 1988, se fueron sumando asentamientos irregulares, los cuales sufrieron el fuerte impacto del huracán Gilberto que, aunque entró a tierra por Cancún, dejó anegadas las viviendas del asentamiento, ubicadas en zonas bajas inundables, dejando ver que el lugar no era apropiado como área habitacional.
Empresas y afectados buscaron opciones para reubicar al poblado y encontraron que, a unos cuantos kilómetros al sur se había establecido la infraestructura básica para una pequeña población, bautizada como Ciudad Chemuyil. Esta obra, creada por Fidecaribe, se pensó para que los empleados de nivel gerencial de las empresas, pudieran construirse su casa propia a través de un crédito de Infonavit.
Parece que la infraestructura y el tamaño de los lotes no fueron los apropiados para este segmento de mercado inmobiliario y las calles, banquetas, postes, áreas verdes y demás infraestructura comenzaron a ser devoradas por la selva. En esta situación estaba Chemuyil cuando surge la necesidad de dotar de vivienda a los pobladores de Akumal.
Fue muy difícil que los afectados aceptaran embarcarse en créditos a 30 años ya que ninguno de ellos tenía antecedente alguno en este tipo de transacciones. Muchos ni siquiera sabían leer y no dominaban el español. Con el apoyo de las empresas, la gente poco a poco fue aceptando los créditos. La mayoría de las cabezas de familia trabajaban en Xel-Ha, el hotel Akumal Caribe y las empresas de Laura Bush.
La construcción de las viviendas se hizo a toda prisa y, por lo general, se entregaron sin estar totalmente terminadas y sin cumplir los estándares de calidad comprometidos, pero aún así, las condiciones de los pobladores mejoraron con respecto al asentamiento irregular de Akumal. De esta manera, los primeros pobladores de Akumal son los actuales habitantes de Ciudad Chemuyil.
Pero aún hubo quienes se resistieron y no se movieron de Akumal. Dos familias se quedaron en el asentamiento y esto dio pie a que, de nuevo, se fuera poblando el área inundable.
En 1992, durante la campaña de Mario Villanueva por la gubernatura se prometieron lotes del otro lado de la carretera a quienes estaban en el asentamiento irregular. También fue un proceso lento en el que hubo, además, condicionamientos políticos.
Algunas familias se apropiaron de estos lotes y empezaron a construir sus nuevas viviendas. Vino entonces, en 1996, el huracán Roxana y, de nuevo, el asentamiento quedó anegado por las lluvias y casi destruido por la furia de los vientos. Esto convenció a todos a aceptar los lotes y a moverse al nuevo poblado. Es así que nace lo que hoy se conoce como Akumal Pueblo.
Mientras todo esto sucedía, en la Riviera Maya se fue imponiendo un modelo de turismo masivo para el mercado de sol y playa, basado en el esquema de gran hotelería todo incluido. En contraste, el esquema de las playas de Akumal era muy diferente. Desde el inicio se pensó el desarrollo a partir de lotes residenciales, lo que impidió que se establecieran grandes hoteles.
Continuará