WASHINGTON D.C., EU.- La política migratoria de Donald Trump y su decisión de abandonar el consejo de Derechos Humanos de la ONU han provocado un rechazo prácticamente unánime dentro y fuera de Estados Unidos y han situado al mandatario en uno de los momentos más complicados desde su llegada a la Casa Blanca, hace año y medio, publicó Excélsior.
Las imágenes de los niños solos y encerrados en recintos, en algunos casos divididos a modo de jaulas, han generado un repudio sin precedentes a la decisión de Trump de separar a los hijos de los padres de inmigrantes indocumentados en la frontera sur, además de provocar una fuerte indignación en la opinión pública mundial.
Los últimos en rebelarse han sido varios gobernadores, que han cancelado su aportación a la militarización de la frontera con México ordenada por Trump.
Los niños están siendo usados básicamente como moneda de cambio ante el Congreso para obtener lo que la administración quiere”, dijo el gobernador del estado, Andrew Cuomo, a la prensa.
También han sido muy críticos destacados dirigentes republicanos, como su líder en el Senado, Mitch McConnell.
Yo y todos los miembros de la conferencia republicana apoyamos un plan que mantenga unidas a las familias mientras se determina su estatus migratorio”, señaló McConnell, que espera un rápido acuerdo con los senadores demócratas sobre una ley que ponga fin a estas rupturas familiares.
El Gobierno ha admitido que la separación de los niños de sus familias en la frontera tiene como fin disuadir la inmigración ilegal, una táctica que ya había adelantado hace un año el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, que podría adoptar.
En el extranjero, las mayores críticas proceden de los países de origen de los inmigrantes, como México, El Salvador o Guatemala, cuyo presidente, Jimmy Morales, aseguró hoy que la “grandeza y nobleza” de Estados Unidos están en juego con una política que ha separado a 2 mil niños, de los cuales 465 son guatemaltecos.
En medio de toda esta polémica, Estados Unidos anunció anoche su retirada del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, una decisión “decepcionante, pero no sorprendente” para la ONU.
Esta retirada es el último rechazo de Estados Unidos a sus compromisos multilaterales tras abandonar la Unesco, el Acuerdo climático de París y el pacto nuclear con Irán, y aleja cada vez más al país más industrializado del mundo del consenso internacional. (Fuente: Excélsior)