CIUDAD DE MÉXICO, MX.-  Ni el gobierno federal ni el estatal proveen agua potable a los ciudadanos por lo que deben recurrir al refresco para mitigar su sed. Coca Cola hace negocio con ellos, pero además es la que está secando los mantos de agua. Eso dice un reportaje sobre San Cristóbal de las Casas, Chiapas, publicado hoy por The New York Times y firmado por Oscar López y Andrew Jacobs; el tema fue retomado por sinembargo.mx.

El trabajo dice que el agua potable es cada vez más escasa en San Cristóbal de las Casas, en donde algunos barrios tienen agua corriente solo unas pocas veces a la semana, y muchos hogares se ven obligados a comprar agua extra en camiones cisterna.

“Por lo tanto –agrega–, muchos residentes beben Coca Cola, que es producida por una planta embotelladora local y puede ser más fácil de encontrar que el agua embotellada y es casi tan barata”.

Dice que en un país que se encuentra entre los principales consumidores mundiales de bebidas azucaradas, Chiapas es un campeón: “los residentes de San Cristóbal y las exuberantes tierras altas que envuelven a la ciudad beben en promedio más de dos litros o más de medio galón de soda al día”.

“El efecto en la salud pública ha sido devastador. La tasa de mortalidad por diabetes en Chiapas aumentó un 30 por ciento entre 2013 y 2016 [durante la gubernatura de Manuel Velasco, del Partido Verde], y la enfermedad es ahora la segunda causa de muerte en el estado después de los padecimientos cardíacos, y cobra más de 3 mil vidas cada año”.

Vicente Vaqueiros, de 33 años, médico de la clínica en San Juan Chamula, dijo a The New York Times que los trabajadores de la salud estaban luchando para lidiar con el aumento de la diabetes.

“Cuando era un niño y solía venir aquí, Chamula estaba aislada y no tenía acceso a alimentos procesados”, dijo. “Ahora, ves a los niños bebiendo Coca-Cola y no agua. En este momento, la diabetes está afectando a los adultos, pero los próximos serán los niños. Nos va a abrumar”.

El reportaje de The New York Times dice que en San Cristóbal, sacudidos por la doble crisis de la diabetes y la escasez crónica de agua, los residentes han identificado lo que ellos creen que es el único culpable: la enorme fábrica de Coca Cola en las afueras de la ciudad.

La planta tiene permisos para extraer más de 300 mil galones de agua por día como parte de un acuerdo de hace décadas con el Gobierno federal que los críticos dicen que es excesivamente favorable para los propietarios de la planta.

“La ira pública ha estado hirviendo. En abril de 2017, manifestantes enmascarados marcharon en la fábrica sosteniendo cruces que decían ‘Coca Cola nos mata’ y exigiendo que el Gobierno cierre la planta. Los ejecutivos de Coca Cola y algunos expertos externos dicen que la compañía ha sido injustamente calumniada por la escasez de agua. Culpan a la rápida urbanización, la mala planificación y la falta de inversión gubernamental que ha permitido que la infraestructura de la ciudad se desmorone” consigna el periodista en su reportaje. (Fuente: sinembargo.mx)

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