La presidenta municipal electa de Solidaridad, Laura Beristaín, deberá ya de tener todo un plan impecable en lo legal y en lo estratégico para de una vez por todas sacar a Aguakán de Solidaridad.
Una de las promesas de campaña de la actual alcaldesa, Cristina Torres, fue retirar esta concesión que fue uno de los emblemas de la corrupción de Roberto Borge.
El detalle fue que el contrato de concesión fue hecho a modo de Aguakán. Implicaría una muy buena suma de recursos públicos para que la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) regrese a prestar dicho servicio al municipio de Solidaridad.
Frente a este galimatías, el titular de CAPA, Gerardo Mora, mejor agachó la cabeza sobre los términos de esta concesión a Aguakán, que no solo implica al municipio de Solidaridad, sino también a Benito Juárez, Puerto Morelos e Isla Mujeres.
Pero Laura Beristaín mantuvo la bandera de echar a Aguakán, tanto en su etapa como diputada local, como candidata a presidenta municipal.
Se ve difícil, pero la Alcaldesa electa al parecer es toda una experta sobre esta concesión y solo quedaría esperar que Aguakán tome sus chivas y se vaya de Solidaridad, una vez que Laura tome protesta… ¿O no?