MÉRIDA, MX.- El portero cubano de Venados de Mérida, Raiko Arozarena, llegó a tierras aztecas no sólo porque quería jugar en la Liga MX, sino también porque su hermano fue pelotero en los Cardenales de San Luis, y porque la familia quería hacer una vida diferente fuera de su país de origen; según lo publicado en el portal de ESPN.
Raiko, de 21 años, es el menor de los tres arqueros en la escuadra de la Liga de Ascenso MX; los otros dos son Armando Navarrete (37) y Bernabé Magaña (24).
Llegó hace ocho meses a los ciervos buscando la oportunidad de jugar y un retraso en el envío de su transfer originó que fuera registrado hasta el presente campeonato, tras que anteriormente tocara más puertas en este país.
“Vine con mi familia, con mi mamá y mis dos hermanos; vine por trabajo, pero yo lo que quería era venir a jugar futbol acá. Estuve en visorias en a Guanajuato y Morelia, no me dieron la oportunidad y un día me vine al Estadio Carlos Iturralde a presentarme, buscando entrenar con ellos”.
No fue fácil; tras varias vueltas, en noviembre pasado terminó siendo invitado para sumarse a la pretemporada del conjunto y hoy lleva una vida más estable y con mayor certidumbre, luego que el mayor responsable de su estancia en México fuera su hermano, el beisbolista profesional Randy Arozarena, quien en 2016 había arribado como prospecto a los Cardenales de San Luis.
“Se nos hizo la reclamación (permiso de ingreso) y nos venimos todos. Ahora él juega en los Estados Unidos (con Springfield Cardinals) y mi otro hermano estudia en Mérida; acá vivimos con mi mamá”.
Acerca de cómo era su vida en Cuba, explicó: “Yo era beisbolista; toda mi vida jugué béisbol, hasta los 14 años. Cambié al futbol porque llegó una ley a la escuela donde los alumnos que estaban en séptimo grado tenían que dejar la escuela y regresar al noveno grado. Para no dejarla preferí salir del béisbol y empecé a practicar futbol”.
Agregó que “los amigos me dijeron que hiciera la prueba como delantero y ahí me quedé, aunque cuando vivía en mi pueblo a veces jugaba de portero porque atajaba bien”.