En el PAN y PRD se están viendo algo lentos y quizá hasta temerosos, luego que el gobernador Carlos Joaquín González pintó su raya sobre su militancia partidista.
Muchos se fueron con la finta de que finalmente el Gobernador se había decantado por el PAN, cuando el Mandatario quintanarroense se había sumado a sendos documentos de la Asamblea de Gobernadores de Acción Nacional (GOAN), sobre -antes de las elecciones- que apoyarían a quien resultara ganador (o sea Andrés Manuel López Obrador) y -luego de los comicios- que se pronunciaban por cambiar la dirigencia nacional de ese partido.
Sin embargo, en días pasados, el Gobernador dejó en claro que no milita ni en el PAN y menos en el PRD.
En medio de estas de estas especulaciones y precisiones, no se puede quedar al aire que Ricardo Anaya apenas tuvo 15 por ciento de la votación en Quintana Roo. Es decir que ha sido uno de los mayores desastres para el PAN y PRD en la entidad.
En el PAN tendrá que haber un ‘control’ de daños, con todo y que el coordinador de ‘México al Frente’ en Quintana Roo fue Juan Carlos Pereyra, que tampoco forma parte de algún partido, tras su renuncia del PRI.
Por lo pronto, ya está la precisión de que el Gobernador no tiene militancia partidaria y que los resultados de que el PAN tocó fondo.
Queda entonces que el PAN y el PRD “agarren sus chivas” y se empiecen a preparar ya para los próximos comicios, que ya están a la vuelta a la esquina. En 2019 habrá elecciones para renovar el Congreso del estado.
Como dirían en el propio PAN: “que no haya ilusos, para que no haya desilusionados”.
