Lo saludé, así casual, como era cotidiano hacerlo entre colegas que cubren  actividades noticiosas en el Palacio Municipal de Benito Juárez, cuya cabecera es Cancún. Él con su infaltable cámara al hombro y su don de gentes. Eran  las 11 en punto de la mañana del miércoles 29 de agosto, sin saber ambos que el destino y la ola de violencia delincuencial le arrebatarían su vida justo siete horas después, en trágico suceso  a unas cuantas calles de distancia.

Aquí, donde suman ya 360 las ejecuciones a manos de la delincuencia de todos los niveles en lo que va del año; aquí, donde suman ya tres los periodistas abatidos en Quintana Roo durante 2018 con su irreparable pérdida física ante balas asesinas; aquí, donde se suma ya, agravio tras agravio contra los quintanarroenses, un monumento a la impunidad por encima de todas las cosas. Aquí ofrendó -a la de a fuerzas-  su vida Javier Enrique Rodríguez Valladares.

Aquí, donde el gobernador, Carlos Joaquín González, hizo como Pilatos,  se lavó las manos ante el clamor popular -con marcha de protesta ciudadana y todo-  que exige la renuncia de Miguel Angel Pech Cen,  Fiscal General de Quintana Roo,  y turnó el caso a la Cámara de Diputados local, dónde legisladores dieron la espalda al pueblo que dicen representar y ratificaron su apoyo a la negligencia, en favor de quien no ha logrado una sola consignación y menos aún cárcel de los autores, ya no digamos intelectuales, al menos materiales de más de 360 ajusticiamientos este año en Cancún, de  delitos de alto impacto que tienen hundido a Cancún en el descrédito y con el “Jesús” en la boca a hoteleros y prestadores de servicios turísticos locales.

Si no pudo Miguel Angel Pech Cen encontrar a los sicarios que atacaron a punta de metralleta sus oficinas en Cancún, donde falleció el agente ministerial que cuidaba la pluma del estacionamiento desarmado, y luego de que entraran los matones a las instalaciones a punta de balazos y se fueran como si hubieran ido a un parque de diversiones,  no considera amable lector, que es demasiada la carga de 360 asesinatos sin resolver en Cancún, es ingenuo pedirle más al pusilánime Fiscal o ¿es que en verdad, dan peras los olmos?

No basta que Javier Enrique Rodríguez Valladares se haya convertido en el noveno periodista en ser asesinado en México en lo que va del presente año; que Javier Enrique Rodríguez Valladares sea el tercer periodista ejecutado en Quintana Roo en lo que va del año; que Javier Enrique Rodríguez Valladares sea nuestra cuota involuntaria de sangre, a la de a fuerzas, para que desde nuestra profesión como periodistas mexicanos y desde Quintana Roo aportamos la tercera parte de los muertos en esta macabra cifra registrada entre quienes ejercemos el periodismo en todo el país y solo encontramos la muerte. ¿De verdad, no basta?, ¿Quién sigue o quién seguimos en esta escalada de violencia? No preguntes por quién doblan las campanas diría Hemingway.

¿O es que a nadie le importa? Hemos perdido de manera irreparable a un amigo. Hemos perdido a un colega. Hemos perdido una vida valiosa en sí misma, independientemente de sus actividades, preferencias o consideraciones. Si fue asesinado ejerciendo su profesión, ejerciendo su hobbye o ejerciendo su regalada gana, es menester, obligación y responsabilidad de la Fiscalía General de Quintana Roo encontrar al culpable y llevarlo ante la justicia.

Recuerden autoridades que aclaración no pedida es culpabilidad manifestada, así que no manden mensajitos de que Javier Enrique Rodríguez Valladares fue ejecutado en cierta actividad ajena a su ejercicio profesional; él era una persona, un ser humano al que se le debe respeto a su existencia y sea cual sea el motivo injustificable por el que lo ejecutaron deben hallar al culpable porque la vida humana es invaluable; déjense de politiquerías e investiguen, en verdad de profesional a profesional se los exigimos, si fallan solo les recuerdo que nosotros, los periodistas, también sabemos indagar con el método científico las causas de las cosas, espero no se les olvide.

En otro tema, le comparto que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), en  conjunto con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP),  llevó a cabo los días 24 y 25 de agosto recorridos de vigilancia en Aguas de Jurisdicción Federal de Isla Contoy,  en la Zona de Alimentación y Avistamiento de Tiburón Ballena (Rhincodon typus).

El primer día del recorrido se suspendieron las actividades de observación, nado y snorkel con ejemplares de Tiburón Ballena a la embarcación denominada Los Hermanos JMRSque prestaba el servicio a dos turistas que hacían uso de un dron (vehículo prohibido para el nado con estos ejemplares), toda vez que el capitán de la embarcación exhibió una autorización vencida otorgada por la CONANP, por lo cual se procedió a levantar la correspondiente acta de inspección.

En total se llevó a cabo la revisión de documentación de 53 embarcaciones turísticas que realizaban la actividad de observación, nado y buceo libre con Tiburón Ballena, verificando su vigencia y emisión por la Dirección General de Vida Silvestre de la SEMARNAT, así como por la  Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) para realizar el aprovechamiento no extractivo respectivo.

Asimismo, se retiró del área a cuatro embarcaciones cuyos capitanes no portaban a bordo la autorización correspondiente, de los cuales  dos fueron  particulares y dos embarcaciones tipo turístico, quienes pretendían realizar la actividad de observación y nado con Tiburón Ballena, así como de una embarcación pesquera que pretendía realizar actividades de pesca de escama en la zona de avistamiento y observación de Tiburón Ballena 

La temporada de avistamiento arrancó el 15 de mayo y concluye a mediados de septiembre. Se estima la llegada de 400 ejemplares a la zona del Caribe Mexicano para la presente temporada.

El Tiburón Ballena es considerado el pez más grande que existe en el planeta, con una longitud de hasta 12 metros y un peso de 21 toneladas, y cuya naturaleza inofensiva permite realizar actividades de observación a su alrededor.

Es inofensivo para el ser humano, pues su alimentación se basa en “plancton” que son diminutos organismos que flotan en el agua y se sabe que regularmente también se alimenta de peces pequeños y calamares.

Cabe resaltar que el Tiburón Ballena es una especie en riesgo dentro de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, bajo la categoría de Amenazada (A).

También le cuento que la Red Compartida, impulsada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en esta administración, marcó un hito de la Reforma de Telecomunicaciones al rebasar la meta de cobertura poblacional de 32.2 por ciento, inicialmente fijada en 30 por ciento.

Catalogada como la política pública de telecomunicaciones más importante que se ha desarrollado en el país, se trata de la primera asociación público-privada autofinanciable en México con una inversión de siete mil millones de dólares.

Es la primera red móvil mayorista en el mundo con cobertura de última generación -4.5 G- y tecnología LTE en la banda de 700 megahertz.

La Red Compartida tiene por objetivo alcanzar más competencia, con servicios de Internet y telefonía móvil de alta calidad a mejores precios; lograr cobertura en regiones del país que no contaban con servicios de telecomunicaciones, y beneficiar a 92.2 por ciento de la población en 2024, esto es 103 millones de mexicanos.

La Reforma de Telecomunicaciones, puesta en vigor en esta administración, mandata garantizar el acceso de los mexicanos a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, particularmente de escasos recursos; empero, lo anterior será motivo de posterior análisis en otra entrega de HORA 14.

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