TABASCO, MX.- En plena crisis por la muerte masiva de manatíes y la aparición de enfermedades gastrointestinales y lesiones en la piel, sobre todo en la población infantil de los municipios de Centla y Macuspana, el gobernador de Tabasco, Arturo Núñez Jiménez, declaró que los problemas de salud en la región son enfermedades propias de la pobreza, publicó Excélsior.
“Parte del personal de las instituciones federales que tienen competencia en la materia, han estado metidos en el agua algún tiempo y no les han dado las enfermedades que trae nuestra gente, que a veces son enfermedades que los expertos en salud llaman enfermedades propias de la pobreza”, afirmó.
La información causó una indignación entre la gente que sigue usando para sus necesidades básicas el agua de los canales donde están los pozos de Pemex porque, aseguran, no les queda de otra.
Marbella Acosta Aguirre, habitante de la ranchería Bitzal Quinta Sección, aseguró que ser pobre no es sinónimo de suciedad, ni es motivo para que el mandatario estatal los discrimine.
“Más sucio es él porque lleva las bolsas llenas de dinero, ya se va y no le importa apoyarnos con agua limpia o comida; no quiere sacar los recursos que ya tiene guardados”, manifestó.
A más de tres meses de iniciada la emergencia, la ayuda no llega a las comunidades y las enfermedades rondan a los niños, como es el caso de Dorilian, de apenas seis años de edad, quien tiene brazos y piernas llenas de laceraciones por la contaminación.
La mamá del menor, Verónica Magaña Luna, comentó que su hijo no puede dormir por la comezón y en la localidad no hay medicinas y mucho menos doctores.
“A mi hijo le da vómito y diarrea porque bebemos agua del río, eso le cayó mal; en su cuerpecito le fue saliendo una ronchita, otra ronchita y otra ronchita, no puede dormir porque le pica”, relató.
César Magaña León, de 10 años, camina con dificultad porque tiene prácticamente pelada la planta del pie izquierdo, a raíz de que se bañó con agua del afluente, donde han aparecido los manatíes muertos y cientos de peces flotando sin vida.
“Se me peló el pie por el agua y se me va pelando más, me duele al caminar”, reveló.
En recorridos por los siete Bitzales, se pudo constatar que el abandono es total. Las plantas potabilizadoras llevadas a las comunidades no funcionan y sólo están de adorno.
“Ya han traído cuatro plantas de esas aquí a los Bitzales, y ni una se ha instalado”, denunció Luis Alberto Montero, delegado de la Ranchería Bitzal Séptima Sección.
En el llamado Bordo Hormiguero de Bitzal Cuarta Sección, se encuentra abandonada una planta que iba a ser trasladada en lancha a Los Naranjos pero nunca encendió.
“Esa ya tiene más de un mes que está aquí, y no la han podido echar a andar, desde que llegó venía descompuesta, que la tarjeta, que no sé qué, los filtros, y hasta el día de hoy, ya trajeron otras, como cuatro y ninguna han podido echar a andar”, indicó Juan Carlos Acosta, delegado de la Ranchería Bitzal Cuarta Sección.
La pesca se acabó porque ya nadie quiere comprar lo que se captura en la zona, por miedo a que esté envenenado.
Inés García Arias, delegada de la Ranchería San José Jonuta, se quejó que los empleos temporales prometidos por el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Pacchiano, nunca llegaron.
“Se terminó la pesca, la laguna quedó como si le hubieran metido un canasto o un colador, ya no hay nada, ¿La gente de qué vive aquí?, de la pesca, no hay empleo, no hay nada”, lamentó.
Mientras tanto, el Gobierno de Tabasco y la Semarnat continúan evaluando la situación en reuniones a puerta cerrada en la ciudad de Villahermosa, a 100 kilómetros de distancia, creando mesas y más mesas de trabajo para explorar nuevas hipótesis sobre la contaminación, como la supuesta proliferación de algas nocivas.
“Ni el gobernador ni el secretario, nadie de esos se ha aparecido por estos rumbos”, criticó Luis Alberto Montero, delegado de la Ranchería Bitzal Séptima Sección. (Fuente: Excélsior)