CIUDAD DE MÉXICO, MX.- Los médicos no tienen tiempo para sentir dolor ni tristeza y menos quienes son residentes (estudiantes de alguna especialidad), pues enfrentan una carga laboral excesiva y son víctimas de acoso laboral, según ha comprobado la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), publicó La Jornada.
Debido a esos y otros factores, la tasa de suicidios de estos profesionales es de 28 a 40 por cada cien mil; es decir, más del doble que en la población general (14 por cada cien mil).
Aunque hasta ahora ha pasado casi inadvertido, se trata de un problema que también afecta a otros países como Estados Unidos, donde a diario se reporta el suicidio de un profesional de la salud. En México no existen estadísticas puntuales, señaló Javier Mendoza, coordinador de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la máxima casa de estudios.
Hoy lunes se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, a escala global 800 mil personas se quitan la vida cada año. En México, la cifra es de unos 6 mil en el mismo periodo, más de la mitad hombres jóvenes (15 a 34 años)
Respecto del personal de salud, Mendoza destacó la situación de los estudiantes de medicina, quienes usualmente se deprimen y se complica en los individuos que llegan a la residencia ya con un trastorno mental no atendido.
Dijo que los casos de suicidio o intentos aumentan en los periodos de ingreso a las escuelas de medicina, al inicio de la residencia y en los médicos cuando se enfrentan a la jubilación.
Gerhard Heinze, subdirector de la División de Posgrado de la Facultad de Medicina, comentó que se realizan visitas periódicas a los hospitales donde se encuentran los médicos residentes. Sólo la UNAM tiene un registro de 10 mil estudiantes en alguna de las especialidades en las diferentes instituciones del sector salud.
Afirmó que desde hace algunos años se ha confirmado el acoso laboral que padecen, sobre todo los alumnos del primer grado, así como las cargas excesivas de trabajo. Las situaciones más críticas se reportan en las especialidades de cirugía, urgencias y urología.
Dijo que de manera similar a lo que ocurre en la población general, en medicina los que más se quitan la vida son los hombres en una relación de cuatro por cada mujer, mientras en los intentos suicidas la mayor prevalencia es en el sector femenino: cinco por cada varón.
A fin de corregir las situaciones adversas que enfrentan los residentes, está en proceso y próxima a concluir, la revisión de la norma oficial mexicana (NOM) 001 sobre educación en salud, para la organización y funcionamiento de residencias médicas.
Heinze aseguró que, entre otros cambios, se establecerá que las jornadas laborales sean de 12 horas como máximo, se incluirán puntualizaciones respecto de las guardias. Si bien desde 2013 son cada tercer día, se requiere asegurar que los residentes tengan horarios de descanso “normales”, como en cualquier otro sector laboral.
Advirtió sobre la relevancia de identificar a los médicos que viven con algún padecimiento mental, principalmente depresión, porque también se sabe que, como ocurre en la población general, entre el personal de salud hay consumo nocivo de alcohol y uso de drogas legales o ilícitas. Es un desafío si como indica la Organización Mundial de la Salud, la mitad de las personas con síntomas carecen del diagnóstico de la enfermedad, indicó.
Por separado, Mendoza comentó que en los médicos es más difícil la identificación de los males porque ellos mismos se niegan a aceptar que tienen un problema, no piden ayuda por el estigma y la idea de que la depresión “te convierte en un ser débil, alguien que no puede resolver sus cosas. Por eso es mejor callar” (Fuente: La Jornada)