CIUDAD DE MÉXICO, MX.- Durante casi 25 años la Cámara de Diputados ha contado con un servicio de alimentación para los legisladores, funcionarios y visitantes. Los contratos otorgados en 2015 a tres empresas vencen en diciembre y la mayoría de Morena aún no decide si los mantendrá en funcionamiento y renovará las concesiones, publicó La Jornada.

El más grande de los restaurantes, ubicado en la zona de Cristales, ha visto mermadas sus ventas, por la eliminación de vales de despensa de 3 mil pesos mensuales para diputados y funcionarios, si bien ha mantenido consumidores cautivos.

La mayoría pide jugos y café, dice el encargado del restaurante 1857. Es, además, el que cuenta con la carta con los precios más elevados, no sólo de la cámara, sino del mercado restaurantero.

Y también, gracias a una decisión de la secretaría general, al único que la cámara le compra las denominadas ‘box lunch’, que se regalan a estudiantes en las visitas guiadas.

Además, la misma secretaría general le concedió la exclusividad del servicio de desayunos y comidas para las comisiones de trabajo de la cámara, así como de los banquetes por festejos de fin de año.

En su caso, al igual que a la cremería Los Volcanes y al restaurante La Incondicional, el comité de administración les otorgó el contrato por tres años de manera directa, aunque el 7 de diciembre de 2015 emitió una convocatoria para someter a concurso la concesión de los tres espacios.

La concesión para operar el servicio de alimentos en los restaurantes ha sido manejada con opacidad, debido a que los contratos se otorgan por tres años y la decisión final se vota en secreto.

Cada grupo parlamentario podía sugerir hasta dos nombres de empresas para el proceso, aunque finalmente la decisión la ha tomado el comité de administración, sin tomar en cuenta sus propias bases.

En éstas, se preveía la obligación de las empresas a presentar un menú con sus precios, pero no se establece la obligación de autorizar los incrementos, que se dan unilateralmente al menos una vez al año.

Los ajustes permiten a los restaurantes ―al igual que la afluencia diaria de personas, que se intensifica durante los periodos ordinarios― recuperar la inversión inicial, debido a que los contratos obligan a pagar por la remodelación de cada restaurante.

En el caso de los Cristales, la remodelación costó 6 millones de pesos; la terraza que ocupa La Incondicional, 2.5 millones, y la cafetería que opera la cremería, un millón. (Fuente: La Jornada)

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