Los electores de Benito Juárez (Cancún) dieron el apoyo abrumador al cambio ofrecido por AMLO, claro está, pero también por la candidata NO morenista Mara Lezama. Ahora reciben como recompensa una bofetada con más de lo mismo: los funcionarios importantes del gobierno del verde Remberto Estrada se quedan cómodamente a seguir manejando el gobierno de la ciudad. Principalmente recursos y dineros: la Oficialía Mayor, los Ingresos, los Egresos y, nada menos (¡hágame el favor!), que el picaporte de acceso a (y el control de los movimientos de) la Presidenta: su Secretaría Particular.

Y con ellos muchos más regados por todas las oficinas y dependencias de la municipalidad. ¿Por qué tantas consideraciones?

A los morenistas locales no les calienta el sol. En público y en privado truenan contra “su” Presidenta NO morenista. Los relegó de los cargos importantes del gobierno. No pintan para nada. No van a decidir nada en un gobierno que creían suyo pero que ahora saben que no lo es.

“¿Tanta confianza les tiene a los verdes? Hubiera sido su candidata a ver si ganaba con ellos.”

Pero la cosa no es tan sencilla: la cortesía para los verdes cuenta con la sonrisa de Mara, sí, pero principalmente viene de lejos, de la capital del país.

Cinco diputados federales del Partido Verde pasaron a formar parte de la fracción parlamentaria de Morena y con ello el partido “de la esperanza” aseguró el control absoluto del legislativo nacional por los próximos tres años. ¿Les parece cualquier minucia?

Entre las fichas que a cambio el Partido Verde obtuvo de Morena está su adorado Cancún, lugar que considera “su terreno natural”. Lo perdió estrepitosamente en las urnas y de inmediato lo recuperó en la mesa de negociación.

Esa es la explicación de fondo. Para Morena la pérdida es menor, considerando la ganancia. De todos modos, el electorado benitojuarense es históricamente pejista y, al final, su candidata fue una externa que pidió manga ancha para conformar un equipo “ciudadano” no partidista. Así da lo mismo.

Si tiene forma de tucán, grazna como tucán y huele a tucán, tengan la seguridad: es rapiña de tucán (con la disimulada complacencia de Morena nacional). Si los morenos locales no lo quieren ver es por ceguera voluntaria. Para que los tomen en cuenta, los reclamos tendrían que hacerlos a “ya saben quién”.

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