Todo parece indicar que la ‘unidad’ no es un elemento distintivo en la militancia de Morena, que dejó de tener dirigente estatal, con el nombramiento de Rafael Marín al frente Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec y de las zonas económicas especiales.
Entre los ‘machuchones’ de Morena no se logran poner de acuerdo. Cada grupo quiere imponer a su dirigente.
La cosa se ha complicado a tal grado que el asunto podría terminar con un delegado ‘importado’.