NUEVA YORK, MX.- Jesús Zambada García “El Rey Zambada”, se subió al estrado de la sala del juez federal Brian Cogan, en la Corte Federal del Distrito Este en Nueva York, para acusar a su exsocio en el Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera como a uno de los líderes de esa organización dedicada al tráfico de droga, publicó Proceso.

Con la presencia en la Corte de Zambada García, inició el desfile de narcotraficantes convertidos en testigos protegidos del gobierno de Estados Unidos para intentar sustentar los 11 cargos que le imputa a Guzmán Loera, todos relacionados al trasiego de droga.

Vestido con el overol color azul de recluso en una cárcel federal de los Estados Unidos, Zambada García, fue llevado a la Corte en Brooklyn, Nueva York para que, sin titubeos ante los 18 integrantes del jurado en el juicio del “Chapo”, señalara al acusado de ser el gran criminal y capo de capos de la poderosa agrupación de narcotraficantes mexicanos.

Luego de ser juramentado por el juez federal y respaldado por dos traductoras, la parte acusadora (el Departamento de Justicia) inició el interrogatorio a Jesús, de 57 años, quien fue detenido por las autoridades mexicanas el 23 de octubre de 2008 en la Ciudad de México, y es hermano de Ismael “El Mayo” Zambada García, otro de los líderes del Cártel de Sinaloa.

“Desde 1987 hasta mi captura en 2008 pertenecí al Cártel de Sinaloa, y establecí el sistema de contable para el cobro de la venta de cocaína en Estados Unidos”, comenzó diciendo El Rey Zambada.

La fiscalía le preguntó al testigo estrella de la segunda audiencia ya formal del juicio contra el “Chapo”, que explicara al jurado quien era en el Cártel de Sinaloa el “Mayo” Zambada.

“Es mi hermano y uno de los líderes principales del Cártel de Sinaloa, uno de los narcotraficantes más poderosos de México”, respondió el “Rey Zambada” a la fiscalía que acusa formalmente a Guzmán Loera.

– “¿Podría identificar a otro de los líderes del Cártel de Sinaloa?”, le pidió una integrante del equipo de siete fiscales del Departamento de Justicia.

– “Sí, otro de los líderes principales es Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, respondió raudo el hermano del “Mayo”.

– “¿Ve usted en esta sala al señor que menciona?”

– “Sí”, contestó el capo.

– “Describa como está vestido”, prosiguió la fiscal.

– “De traje, con corbata color guinda y la camisa como rosa,” dijo el Rey Zambada mirando hacia el lugar donde se encontraba sentado Guzmán Loera al lado de una traductora y en medio de sus abogados.

Desde que entró a la sala del juez Cogan, “El Chapo” Guzmán no dejaba de mirar de frente a quien fuera su socio y subalterno, aunque en momentos dejaba de hacerlo para buscar con la vista a su esposa, Emma Coronel, sentada entre los reporteros y el público que asistió a la segunda sesión en la Corte de Brooklyn.

Jesús Zambada García fue el tercero de los tres testigos que presentó el Departamento de Justicia en la segunda audiencia, aunque fue el primero de entre los tantos criminales que testificaran para intentar incriminar al famoso narcotraficante oriundo de La Tuna, Badiraguato, Sinaloa.

Al arranque de la segunda sesión del juicio, el juez Cogan determinó como “irrelevante” para al proceso, al argumento de apertura que este martes el abogado Jeffrey Litchman, presentó a nombre del “Chapo”.

El abogado defensor en sus declaraciones ante el jurado mencionó que su cliente es un chivo expiatorio del gobierno mexicano, y un mito creado por la DEA y el gobierno de Estados Unidos, porque el verdadero y único jefe del Cártel de Sinaloa, es el “Mayo” Zambada.

En este sentido, lo que desechó el juez del argumento de apertura de la defensa porque dijo “no importa” para lo que se busca en el juicio, se refiere a que Litchman dijo que “El Mayo” corrompió con cientos de millones de dólares al presidente Enrique Peña Nieto, a su antecesor, Felipe Calderón, a todo el gobierno mexicano y a la DEA.

El primer testigo fue Carlos Salazar, un exagente de aduanas del gobierno de Estados Unidos, quien, en 1990, como agente encubierto operando en el estado de Arizona, descubrió un túnel por el que presuntamente metían cocaína de México a los Estados Unidos.

El narco túnel de unos 30 metros de longitud se ubicaba entre el Agua Prieta, Sonora y Douglas, Arizona. Salazar expuso ante el jurado que el 11 de mayo de 1990, en un suburbio de la ciudad de Phoenix, confiscaron una tonelada de cocaína, a la que pretendió ligar al túnel descubierto en la frontera de Arizona y Sonora.

El segundo testigo de la audiencia de este miércoles fue el exquímico forense de la DEA, Robert C. Arnold, quien, en un laboratorio de San Diego, California, se encargó en 1990 de someter a prueba a la cocaína confiscada en Arizona por la operación comandada por Salazar, para garantizar la autenticidad del alcaloide y su nivel de pureza.

La presencia del “Rey” Zambada en la Corte en Brooklyn modificó el ambiente en la Corte y el estado de ánimo del “Chapo”. El acusado estuvo atento a las declaraciones que hizo en español el hermano del “Mayo”.

“El Chapo”, aunque aparentemente se mostraba tranquilo, constantemente tomaba nota en una libreta tamaño oficio con papel color amarillo, golpeaba ligeramente el piso alfombrado con el tacón de sus zapatos, colocaba su mano derecha sobre la rodilla, o se tomaba con la mano izquierda el mentón y se lo acariciaba nerviosamente.

Jesús Zambada García extraditado por el gobierno de México a los Estados Unidos en abril de 2012, hizo un recuento minucioso de la estructura de mando del Cártel de Sinaloa, integrado también en sus tiempos de operación por los ahora narcos finados, Amado Carrillo Fuentes y Juan José Esparragoza Moreno “El Azul”.

“Era socio de mi hermano en la importación de cocaína de Colombia”, aseguró “El Rey” Zambada cuando la fiscalía le pidió que expusiera la relación entre su hermano y el acusado.

En un interrogatorio que además de largo, se volvió tedioso y aburrido y que ni siquiera concluyó ya muy entrada la tarde de este miércoles, la fiscalía conllevó a Jesús Zambada en lo que dio la impresión de ser un interrogatorio muy practicado y amarrado, a que dijera cuál era su papel en el Cártel de Sinaloa, su relación directa con el Chapo y las ganancias que obtenía la organización hasta antes de ser capturado.

Por ejemplo, “El Rey” Zambada afirmó que, por un cargamento de 30 toneladas de cocaína procedente de Colombia, y tomando en cuenta que la droga llegara exitosamente a Nueva York, el Cártel de Sinaloa obtenía una ganancia de 78 millones de dólares por tonelada.

Durante el receso para el almuerzo y cuando “El Rey” Zambada fue escoltado por los US Marshalls para salir de la sala y a menos de tres metros de distancia intercambio una mirada con “El Chapo” y movió la cabeza a manera de saludo.

Guzmán Loera sólo movió las cejas e hizo una mueca de sonrisa para inmediatamente buscar con la mirada a su esposa y desde lejos sonreírle. (Fuente: Proceso)

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