Quizá por la distancia de Ciudad de México, la Cuarta Transformación va a tardar un poco en llegar a Playa del Carmen, sobre todo en temas de transparencia y rendición de cuentas.

La presidenta municipal, Laura Beristaín, prefiere preguntas a modo y si no es así, no solo se molesta, sino que llega a meterse en la vida personal de los reporteros.

El pasado viernes, en el marco de la presentación del proyecto “Jóvenes Construyendo”, al que por cierto llegó dos horas tarde, reclamó al reportero Octavio Martínez por qué había solicitado a Transparencia información sobre su hotel.

Palabras más, palabras menos, manifestó que no le iba a encontrar nada y que “no tenía caso” que le “metieran el pie”.

De filón, el jefe de Prensa de Laura, Javier Villa, remachó que ya estaba cansados de que se metiera en temas personales de la Alcaldesa.

Pero, “aun hay más”.

A otro reportero, ante toda la ‘fuente’, le recomendó ir al DIF para un tratamiento psicológico y a otra comunicadora la señaló de ‘enamorar’ a su jefe del medio que labora.

Y lleva al menos dos semanas, sin dar declaraciones sobre los temas de Solidaridad, como el ‘Mando Único’.

Pero, dirían más o menos, los clásicos: la culpa no es de Laura Beristaín, sino de quien la hizo Alcaldesa,

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