TABASCO, MX.- La Villa Tepetitán se prepara para echar “la casa por la ventana” el 1 de diciembre y festejar en grande la asunción a la presidencia de la República de su hijo pródigo: Andrés Manuel López Obrador, publicó Proceso.
Bailongo, comilona, “chorotada” y actividades culturales alista esa comunidad de mil 700 habitantes para el gran día, a través de la organización “Tepetitán somos todos”, en honor al hijo ilustre que en noviembre de 1953 nació en este pequeño poblado del municipio de Macuspana, bañado por el caudaloso río Tepetitán.
Pedazo del territorio tabasqueño, ubicado a 80 kilómetros al sur de esta capital, que en los últimos días se ha convertido en santuario turístico y de periodistas de todo el mundo para conocer la cuna del primer presidente de la República tabasqueño.
A la entrada del poblado, un gran mural con la figura de López Obrador con la banda presidencial cruzada y un pejelagarto a su lado –pintado por el artista plástico Carlos Paz Torres, originario de la localidad– da la bienvenida a los visitantes.
“Es un homenaje de la comunidad y de su servidor al licenciado López Obrador y forma parte de la celebración del día primero (de diciembre), lo vamos a inaugurar ese día”, dice el pintor e integrante de la asociación “Todos somos Tepetitán”.
En el mural le ayudan los universitarios Pedro Vargas y José Candelario, para resaltar y dar colorido al pueblo que hoy se encuentra en el ojo del país y el mundo.
El proyecto incluye el rescate de un antiguo callejón con casas en ruinas que ahora lucen multicolor, con frases “célebres” de quienes las habitaron, como la de un dentista en cuya fachada se colocó una placa con la leyenda: “Cuál te saco, dijo Cucho”.
“Era consultorio de un famoso dentistas que cuando llegaba un paciente le preguntaba: “cuál te saco”, entonces, quedó en la comunidad el dicho de “cuál te saco, dijo Cucho”, explica Carlos Paz.
Un mural pintado a la entrada del panteón del pueblo también forma parte de la celebración.
En coordinación con el ayuntamiento de Macuspana, encabezado por el alcalde morenista Roberto Villalpando, los festejos del 1 de diciembre iniciarán desde las nueve de la mañana con honores a una enorme bandera que se desplegará en el parque central del poblado.
En el parque de béisbol, donde López Obrador jugaba de niño la posición de “catcher”, se instalará una pantalla gigante para ver la ceremonia de su toma de protesta como presidente de la República.
Previamente, desde la cabecera municipal arrancará un gallo hasta la Villa Tepetitán, distante a unos 30 kilómetros, con un pejelagarto por delante como estandarte y símbolo de la identidad tabasqueña.
Durante todo el día habrá música de marimba y tamborileros, comilona, “chorotada” (bebida tradicional tabasqueña de cacao y maíz), eventos culturales con el Ballet Folklórico de Macuspana, y por la noche baile popular, como cierre del histórico acontecimiento.
“Vamos a echar la casa por la ventana para festejar en su pueblo a nuestro presidente de la República, y partir de ahí convertir a Tepetitán en un santuario turístico y cultural”, dice el alcalde Roberto Villalpando.
El delegado municipal Lucio Díaz Vera celebra que desfilen por el poblado reporteros y reporteras de periódicos y cadenas televisivas de todo el mundo, entre ellos de Holanda, Brasil, España y Estados Unidos.
Así como empresarios que incluso se han interesado en invertir para hacer del río Tepetitán una ruta turística, en barcos, hacia sitios arqueológicos de Macuspana, como las cascadas y grutas de Agua Blanca, cerca del río Tulijá.
“Quieren hacer del río una ruta turística para detonar el desarrollo de Tepetitán y eso nos entusiasma, aprovechando que aquí nació el presidente López Obrador”, señala.
El delegado muestra a Proceso la modesta casa donde hace 65 años vino al mundo el tabasqueño que nunca se rindió ante las adversidades para conquistar el máximo cargo político de la Nación.
Más adelante, sobre la misma calle, hay otra casa más grande, donde Andrés López y Manuela Obrador, padres de Andrés Manuel, tenían una tienda de ropa y comestibles, ya en grave deterioro.
Enfrente se encuentra un busto de López Obrador sobre un pedestal con la inscripción “El rostro de la esperanza”, firmado por un “Artista Duende”.
Las casas se encuentran a orillas del río Tepetitán, y desde que López Obrador ganó la presidencia de la República, el pasado 1 de julio, se han convertido en atracción turística.
La comunidad sólo vive de la pesca y la ganadería, el desempleo es alto, y ante la falta de oportunidades, muchos jóvenes se refugian en el alcoholismo y la drogadicción.
Ante esa situación, el presidente electo anunció inversiones por 40 mil millones de pesos para Macuspana en 2019, principalmente para extracción de gas, del cual el municipio es importante productor desde los años cincuenta, fecha en que se iniciaron las primeras exploraciones petroleras en Tabasco.
Además, becas para más de 8 mil jóvenes estudiantes, créditos ganaderos “a la palabra” y siembra de árboles maderables y frutales en parcelas de pequeños propietarios y ejidatarios, con pagos de 5 mil pesos mensuales.
El alcalde Villalpando menciona que en Tepetitán se instalará una planta de captación y potabilización de agua para dotar del líquido a 55 comunidades de la zona.
También se gestionan recursos para rehabilitar la deteriorada carretera que conduce a la Villa, donde se abrió la Casa de la Cultura que permaneció cerrada y en ruinas por mucho tiempo.
El maestro Luis Adrián Torres y Clever Pascual González ya imparten ahí cursos de computación y repostería, respectivamente.
Asimismo, se tiene previsto construir una unidad deportiva y se rehabilitarán casas para transformar el poblado en un lugar pintoresco.
La señora Josefa González Alamilla conoció de niño a Andrés Manuel López Obrador, y recuerda que decía que de grande quería ser algo en la vida, “y ahora que dios se lo concedió y la gente confió en él, que no nos defraude porque es hijo de nuestra Villa”.
“Que se acuerde del pueblo que lo vio nacer. Aquí la juventud se dedica a puros vicios y lo poquito que ganan es para alcohol y drogas, se pierden porque no hay fuentes de trabajo”, lamenta.
Don Silvestre Cámara de la Cruz, de 90 años, pescador, recuerda al niño Andrés Manuel jugando beisbol como “catcher”, mientras que su papá, Andrés López, degustaba ricos pejelagartos.
“Cuando llegaba yo con mi cayuco, donde Andrés se acercaba a la orilla del río y me pedía pejelagartos, comía muchos y también sus hijos”.
–¿Conoció bien a la familia López Obrador?
–Uuuh, si yo y don Andrés jugábamos billar y barajas. Andrés Manuel era un niño normal, bueno. Solo estudió la primaria en Tepetitán (en la escuela Marcos E. Becerra) y la familia se fue a Villahermosa.
–¿Y cómo ve ahora a Andrés Manuel López Obrador como presidente de la República?
–Pues que todavía tengo la dicha de vivir para verlo. Llegó hasta lo último después de 30 años de lucha. Nada más que no se olvide de su pueblo. (Fuente: Proceso)