La solicitud de la reestructuración de la deuda municipal de Benito Juárez ya está en Chetumal para ser ‘analizada’ por el Congreso del estado, pero los argumentos esgrimidos por las autoridades ‘morenistas’ presentan ciertas variaciones a lo ocurrido en el pasado reciente en Quintana Roo, en particular durante la ‘oncena trágica’.
El argumento más socorrido para las ‘reestructuraciones’ es el de que se busca bajar las tasas de interés y con ello generar ahorros en el pago del servicio de la deuda que se traducen en recursos adicionales para obra pública.
Pero este alegato está tan gastado que no parece convencer a nadie.
Durante la ‘oncena trágica’ hubo como media decena renegociaciones de la deuda estatal y los ahorros obtenidos al parecer fueron nimios, pues no alcanzaron, como es más que evidente, para obras de relevancia, pero los principales beneficiados fueron las intermediarias financieras y los bancos.
Entre los alegatos enviados al Congreso del estado, hay un argumento ‘innovador’ que consiste en el temor de que las tasas de interés se incrementen ante la incertidumbre de los mercados por el nuevo gobierno, es decir, el de Andrés Manuel López Obrador.
Para obtener la aprobación del Congreso, el ayuntamiento ‘morenista’ pone en duda las capacidades financieras de López Obrador y, como dirían los clásicos, con la reestructuración pretende ‘curarse en salud’, en caso de un aumento de las tasas de interés por yerros del nuevo Gobierno federal.
Pero, ya sea con argumentos viejos o ‘innovadores’, lo que no cambia es que obtendrán jugosas ‘comisiones’ las intermediarias financieras y los bancos.