FELIPE CARRILLO PUERTO, MX.- Según el Consejo Estatal de Población (Coespo), el 44.4 por ciento de la población de Quintana Roo se reconoce como indígena. Además, los municipios con mayor porcentaje de esta población son también aquellos con mayor pobreza: en Felipe Carrillo Puerto el porcentaje étnico es de 91.6 por ciento, en José María Morelos, 90.6%; en Lázaro Cárdenas, 84.1; en Bacalar, 67.3%, y en Tulum es 66%.

“La zona maya sólo es utilizada en tiempos electorales, pocas son las organizaciones civiles que vienen a hacer un trabajo y le dan seguimiento; porque lo que son los programas de gobierno, pues no se ve su desarrollo por ningún lado, quizá por la corrupción imperante”, explicó a este medio de comunicación el maya hablante, Ruperto Sosa Ojeda.

Aparte de vender la miel que se produce a comerciantes del vecino estado de Yucatán, la actividad agrícola es casi nula, pueblos enteros, como Mixtequilla, Kopchen, San Andrés y Xhazil Sur, se dedican a la recolección de palizada, que descortezan y cortan en medidas de dos a tres metros, para que los compradores foráneos pasen por ella. Ahí se observa que hombres, mujeres y niños colaboran con la actividad, que a la semana logran juntar 850 pesos para poder sobrevivir.

En un recorrido realizado en las comunidades de Dzula, Laguna Kana, Yoactun, Chan Santa Cruz, Chan Kaj Derrepente, Mixtequilla, Kopchen, San Andrés, Xhazil Sur y Chunhuhub en Felipe Carrillo Puerto; la actividad comercial radica en venta a granel de sus productos, en pequeños locales para ofertar antojitos, en venta de leña que recolectan en la arbolada.

Los más osados se emplean en hoteles de la Rivera Maya, pero en puestos como bell boy, mucamas, jardineros, limpieza en general, con sueldos de 2 mil 850 pesos quincenales. Estas personas deben soportar viajes de varias horas al día para ir y regresara sus puestos de trabajo, o sencillamente abandonar sus lugares de origen.

El mercado de Chunhuhub solo tiene el 30% de los locales ocupados; en su mayoría donde se venden alimentos y uno que otro negocio de venta de ropa. A su alrededor también hay ventas de productos del campo.

“No hay oportunidad en el campo, desde hace años ya no es redituable, la agroindustria desapareció con hidroponía maya; ahora existe producción de particulares que rentan las tierras, pero el campesino no tiene posibilidad por la falta de apoyo de los gobiernos”, comentó con dejo de tristeza Pedro Kumul Pech.

En José María Morelos, la situación no es diferente, salvo que los centros poblacionales que quedan por la carretera a Mérida se dedican al comercio, como en La Presumida, donde Andrés Poot hace cinco años dejó de laborar en la Rivera Maya y ahora puso su negocio, en el que ofrece las frutas de la región, así como productos como pan y diversas galletas.

“Aquí saco hasta 600 pesos diarios, en la venta de los productos, me quedan como 250 pesos de ganancia, que nos sirve para comprar alimentos para mi familia. El problema económico empieza cuando se enferma uno de mis hijos, o mi esposa, porque dependo de lo que venda al día, no alcanza para ahorrar”, dice con resignación. (Noticaribe)

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