YUCATÁN, MX.- La fibra de una hoja de henequén, el llamado ‘oro verde’ que vivió un siglo de esplendor en la Península de Yucatán, se puede convertir en una cuerda de unos 10 metros en tan solo unos minutos, publicó El Financiero.

Para llegar a ser esa fibra de múltiples filamentos que se enlazan uno tras otro hasta volverse materia dispuesta para hacer cuerdas, textiles, costales y hasta ropa, tiene que pasar por un proceso que actualmente se realiza en las mismas máquinas que desde hace más de un siglo.

“Son máquinas restauradas, nos las trajeron de otras haciendas abandonadas”, comenta William Lubke, propietario de la Hacienda Sotuta de Peón, en Tecoh, municipio al sur de Mérida.

En este lugar, la producción de la fibra es una de las actividades, que se complementa con un tour cultural por el único museo vivo del henequén, la visita a un cenote y un hotel.

El primer paso es llevar las hojas del henequén cortadas a la máquina desfibradora donde se realiza un proceso conocido como raspa. En él se separan el agua y la pulpa de las fibras.

Para poder cortar las hojas tienen que esperarse entre cuatro y hasta siete años, momento a partir del cual la planta es productiva. En general alcanzan unos 25 años de vida, y en ese periodo se cortan las hojas dos veces al año.

Una vez separada la fibra, se lleva al tendedero, donde se pone a secar al sol por un periodo de entre tres y cuatro horas. Luego, las fibras secas pasan por una prensa, donde se compacta en pacas para su transportación, que pesan entre 180 y 200 kilogramos.

De ahí, el material llega a la cordelería, donde la fibra es peinada, proceso por el que se separan los hilos largos de la fibra de los pequeños y sueltos. Luego, los hilos se enrollan en carretes, que después pueden usarse para crear cuerdas, o bien, para el tejido de costales, tapetes y bolsas. (Fuente: El Financiero)

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