Aceleración rápida, ausencia de emisiones, los autos eléctricos ofrecen algunas ventajas con respecto a los de motores de combustión interna. Aumenta la variedad de modelos en el mercado. Tras la salida de los eléctricos BMW i3, Jaguar I-Pace, Nissan Leaf, Renault Zoe, Smart Fortwo EQ, Tesla Model S y Volkswagen e-Golf se agregan en 2019 diversas novedades en la oferta que apelan a una mayor diversidad de usuarios.
Desde veloces autos urbanos fácilmente aparcables, pasando por SUVs de gran porte hasta utilitarios para el transporte liviano, la gama de modelos se amplía. Se mantiene sin embargo la cuestión de si es rentable pasarse ya a la movilidad eléctrica.
“La disponibilidad de modelos ya existentes, junto con las salidas de fábrica anunciadas para los próximos meses provee opciones para prácticamente todas las necesidades, exceptuado el viajante de comercio que debe cubrir mil kilómetros o más por día”, constata Andreas Radics, de Berylls Strategy Advisors, una consultora especializada en la industria automotriz.
En la franja de los SUV saldrán próximamente a la venta el Audi e-tron, el Kia Niro y el Mercedes EQC. Apuntan a quienes valoren contar con mucho espacio en su vehículo. El Mercedes EQC, con una longitud de 4,76 metros, entrega 300 kW/408 CV de potencia y tiene una autonomía de unos 450 kilómetros, según la empresa radicada en Stuttgart. Saldrá a la venta a un precio de unos 80 000 euros. El Audi e-tron tendrá potencia y precio similares.
Para el tráfico urbano ligero se presenta el e.Go Life, de la automotriz alemana especializada en autos eléctricos e.Go Mobile. Para el transporte liviano se ofrecen actualmente el Nissan e-NV200 y el Streetscooter y se anuncian para el transcurso de 2019 utilitarios eléctricos de Mercedes y Volkswagen.
Pero hay algunos factores más a tener en cuenta, junto al diseño y al precio, al optar por un auto eléctrico. Autonomía, la infraestructura de recarga disponible y la velocidad de recarga son criterios que se deben considerar al evaluar la compra, sostiene Radics. En estos aspectos se registran sin embargo grandes avances en Europa. Sobre todo importa la expansión de la red de estaciones de recarga sobre autopistas.
“Nadie quiere estar esperando horas una recarga durante un viaje de negocios o de placer, sea porque la velocidad de recarga es baja o porque se acumulan autos eléctricos ante la escasez de estaciones”, dice el consultor. La expectativa favorable radica en que se instalen en breve estaciones con una capacidad de recarga de hasta 150 kW. Para comparar: la recarga domiciliaria está en entre 3,7 y 22 kW.
La autonomía de los autos eléctricos tampoco alcanza aún a cubrir todas las necesidades. Conviene revisar las indicaciones de autonomía de los fabricantes porque suelen no ser realistas, advierte Marcel Muehlich, del Auto Club Europa (ACE). En muchos modelos se puede optar entre diversos tamaños de batería. Pero cuanto mayor la autonomía, tanto más cuesta el modelo.
Todo depende del uso que se quiera dar al auto eléctrico. “Los vehículos eléctricos son útiles sobre todo para quienes recorren diariamente entre 30 y 50 kilómetros”, dice Muehlich. El trayecto de casa al trabajo ida y vuelta no es problema para un auto con una batería que permite circular entre 150 y 200 kilómetros. Pero hay que prever la distancia de eventuales desvíos de compras para no quedarse en el camino.
Tampoco se debe olvidar que cargar electricidad también tiene su costo. En ese sentido ofrecen una ventaja las empresas que ofrecen la recarga a sus empleados en el aparcamiento propio.
Es cierto que los autos eléctricos son muy silenciosos sobre todo a velocidades bajas, en el tránsito urbano. Y tampoco emiten gases de combustión. En ese sentido representan un avance en la protección del medio ambiente. Pero no se debe obviar que sí se generan emisiones en la fabricación de los autos y también en la generación de la electricidad que consumen, a menos que sea de fuentes renovables. Y el uso de frenos y la fricción de los neumáticos libera micropartículas al igual que en los autos convencionales.
El auto eléctrico es más caro que el de combustión interna, aún en los mercados en que se lo subsidia parcialmente. Por eso es conveniente analizar cuidadosamente costos y beneficios al adquirir un vehículo a batería. Sobre todo si se recorre habitualmente distancias mayores.
Una alternativa rentable puede ser la adquisición de un eléctrico usado. Los autos eléctricos tienen menos desgaste que los convencionales. En todo caso hay que prestar atención al estado de la batería, cuya capacidad se reduce notablemente entre los 2000 y 8000 ciclos de recarga. Pero si se compra un auto eléctrico con batería alquilada -como ofrecen Renault, Nissan y Smart, entre otros- se reduce el riesgo, ya que los fabricantes hacen el recambio gratuito en caso de una batería alquilada defectuosa. (Fuente: DPA)