Como diría aquel filosofo: “Pero qué necesidad”.

Malecón Tajamar se ha vuelto otra vez punto de división entre la comunidad cancunense.

Cuando parecía que había un acuerdo entre diversas partes, incluida la activista Katerine Ender, las cosas terminaron mal.

La ‘operación’ fue un desastre. Algo que debió manejarse de bajo perfil, terminó pareciendo como una fiesta de adolescentes, los protagonismos y las vanidades se desbordaron y se maltrató  a quienes dieron la lucha.

Tanto desorden parece que no es casual.

¿No será que este nuevo zipizape por Malecón Tajamar es una ‘cortina de humo’ ante el incremento de la violencia, el deterioro de los servicios públicos y la persistente corrupción?

Bueno, solo es pregunta.

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