Más que como presidente, la visita de Andrés Manuel López Obrador a Chetumal este 24 de febrero, es más necesaria como líder de Morena.
Y es que el ‘morenismo’ quintanarroense sigue siendo disfuncional a lo que se entiende que es Morena en el contexto nacional y el desempeño diario de López Obrador.
Los tres ayuntamientos ‘morenistas’ – Benito Juárez (Cancún), Solidaridad (Playa del Carmen) y Othón P. Blanco (Chetumal)- han sido (unos más que otros) decepcionantes, no solo porque hay un desempleo deficiente, sino que no se les ve los elementos de la Cuarta Transformación, como la ‘Austeridad Republicana’ y programas sociales.
Algo tendrá que hacer López Obrador ante el dispendio en Benito Juárez, la parálisis en Solidaridad o el desgobierno en Othón P. Blanco.
De paso, deberá decirle al ‘superdelegado’, Arturo Abreu, que “se ponga las pilas”, pues simplemente no se ve el accionar del Gobierno federal en la entidad.
A final de cuentas, los tres alcaldes de Morena llegaron por el efecto AMLO, y López Obrador está obligado a poner orden.
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