ISLA MUJERES, MX.- Siguen a la baja las cifras de anidación en el acuario “Tortugranja” que dirige Deline García Canto desde dos administraciones, al liberarse en los últimos dos años 8 mil y 18 mil ejemplares menos que en temporadas anteriores, entre instalaciones deterioradas y laxas reglas en las que turistas son permitidos manipular a estos ejemplares en riesgo de extinción.

En 2018, únicamente se registraron 365 nidos, 42 mil 920 huevos y 34 mil 076 crías liberadas, según datos proporcionados mediante solicitud de transparencia. Lo crítico es que en el 2016 se presentaron 509 nidos, 49 mil 769 huevos y 42 mil 837 liberadas, lo que quiere decir que hubo 8 mil 693 tortugas menos.

La diferencia es más marcada con 2015, cuando se liberaron 134 mil 881 tortugas de 160 mil 565 huevos; en correlación con su siguiente temporada, en el 2017 fueron 116 mil 558 huevos y 93 mil 247 liberadas. En este caso, hubo 18 mil 323 tortugas menos.

Por un mandato natural, las tortugas marinas arriban a las mismas playas donde nacieron y las adultas se manifiestan en las blancas arenas cada dos años. Bajo este sistema de medición, la comparación se realiza con base a lo ocurrido en la última temporada del arribo de tortugas 2018, con el 2016.

En Quintana Roo y en especial Isla Mujeres,las costas se consideran el hogar de cuatro especies de tortugas marinas, Caretta caretta (Carey), Chelonia Mydas (Blanca o verde), Eretmochelys Imbricata (Caguama) y Dermochelys coriácea (Laúd); sin embargo, esta última no ha arribado a ovar en los últimos 30 años, por los que su desaparición parece inminente ante la carencia de un ambiente agradable y playas libres para poder cumplir con el ciclo reproductivo.

Pese al claro cuestionamiento de las labores y poco criterio para actuar en pro de la flora y fauna de Tortugranja, la directora de la dependencia, Deline García Canto, prefirió no dar declaraciones, escudándose tras la figura del presidente municipal, Juan Carrillo Soberanis, quien es el verdaderamente responsable.

Instalaciones deterioradas

Por si fuera poco, actualmente Tortugranja cuenta con instalaciones poco dignas para los empleados y mucho más para los cientos de turistas que diariamente visitan el acuario.

Pues los estanques están deteriorados y al alcance de los curiosos que insisten en tocar las tortugas, mientras que las peceras cada vez presentan menos especies.

En los estanques al aire libre, los turistas sacan a las tortugas más grandes para retratarlas y no hay personal de seguridad para evitar el estrés que les causan a los quelonios. Los corrales ya no cuentan con la misma cantidad de arena.

El edificio principal ya se encuentra demasiado viejo y descuidado, incluso la pintura ya se está descarapelando.

Las estructuras de metal se encuentran oxidadas y al alcance de cualquier accidente, y las lonas ya rotas dejan pasar la intensa luz del sol.

Sin dejar de mencionar la forma desmedida y desordenada de proporcionarles alimentos a los animales, pues en la entrada se venden bolsitas por el módico precio de 20 pesos. (Noticaribe)

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