YUCATÁN, MX.- La zona arqueológica de Dzibilchaltún, al norte de Mérida, estuvo llena este jueves, con la visita de alrededor de dos mil personas, muchos de ellos, turistas nacionales e internacionales, que, ataviados de blanco, presenciaron el equinoccio de primavera, publicó La Jornada.

Pese a los nubarrones, que presagiaban sombras y lluvias, el sol cruzó el Templo o la Casa de las Siete Muñecas, considerado el máximo símbolo arqueológico de Dzibilchaltún.

Las ventanas de piedra, todavía muy firmes a pesar de los cientos de años transcurridos, sirvieron, una vez más, de portales de luz brillante, una especie de pasadizo al otro mundo.

Por eso, antes de las siete de la mañana, tiempo local, los visitantes “recibieron” la energía del astro rey representada por el dios Ki’in, —el sol, en lengua maya—, sentados o de pie, con los ojos cerrados, las manos el alto o con los dedos entrecruzados. (Fuente: La Jornada)

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