CIUDAD DE MÉXICO, MX.- El presidente Donald Trump acusó ayer a líderes de México y Centroamérica de no hacer nada para evitar que los migrantes crucen la frontera de Estados Unidos de manera ilegal, un día después de que su gobierno firmó un acuerdo con algunos de esos líderes con la finalidad de reducir la cantidad de personas que se aventuran hacia el norte, publicó La Jornada.
Con su acusación hecha a través de Twitter, Trump corría el riesgo de socavar los esfuerzos diplomáticos de su gobierno para reducir la migración. Ocurrió mientras México decía que planeaba establecer un cinturón de contención formado por agentes federales para frenar el creciente arribo de migrantes centroamericanos.
“México no está haciendo nada para ayudarnos a detener el flujo de inmigrantes ilegales a nuestro país, tuiteó Trump. Ellos sólo hablan, pero nada de acción. Igualmente, Honduras, Guatemala y El Salvador han recibido nuestro dinero durante años, y no hacen NADA”, publicó Trump.
Trump también indicó que cerraría la frontera con México, una amenaza que ha hecho antes, a la vez que autoridades migratorias estadunidenses recalcaron que la labor que realizan atraviesa por momentos críticos.
Las declaraciones del presidente contrastan con las de la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, quien dijo estar agradecida por la colaboración entre los líderes regionales para abordar los problemas migratorios.
Nielsen se reunió con funcionarios mexicanos y viajó a Honduras esta semana para reunirse con líderes de ese país, Guatemala y El Salvador. Funcionarios de Estados Unidos y Centroamérica firmaron un acuerdo de seguridad fronteriza el miércoles, cuyo objetivo es compartir más información, combatir el tráfico humano y las pandillas transnacionales.
“Estados Unidos comparte una causa común con los países de Centroamérica al enfrentarse a estos desafíos”, dijo la secretaria en un tuit el jueves, y agregó que “todos los países están trabajando para lograr el mismo objetivo. Juntos prevaleceremos”.
Para Trump, el tuit fue un regreso a una política distintiva y que es muy atractiva para sus seguidores, insertada entre mensajes de victoria tras la conclusión de la investigación del fiscal especial Robert Mueller. El equipo de Mueller no encontró evidencia de que la campaña de Trump conspirara o se coordinara con Rusia para influenciar la elección presidencial de 2016, según un resumen del fiscal general William Barr. El informe no llegó a una conclusión en cuanto a si Trump obstruyó la justicia.
Aunque los arrestos en la frontera todavía no alcanzan el nivel de la década del 2000, Estados Unidos enfrenta un aumento en las familias centroamericanas que solicitan asilo y que no pueden regresar fácilmente, lo que presiona al sistema, provoca una gran acumulación de casos y satura las instalaciones en la frontera que no tienen la capacidad para lidiar con tantas personas.
Los arrestos a lo largo de la frontera mexicana aumentaron a 66.450 en febrero, 149 por ciento más que el año previo. Parece que en marzo el número será todavía más elevado. El comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), Kevin McAleenan, dijo que la agencia estaba encaminada a hacer 100 mil arrestos o negaciones de entradas durante el mes, aproximadamente 30 por ciento más que en febrero y el doble que en el mismo periodo del año pasado. Unas 55 mil personas habrán llegado como familia, incluidos 40 mil menores.
La agencia fronteriza reasignó temporalmente a varios cientos de inspectores fronterizos para procesar migrantes, proveer transportación y realizar vigilancia en hospitales para seguir el ritmo.
Ese punto de quiebre llegó esta semana, dijo el miércoles McAleenan desde El Paso. CBP se enfrenta a una crisis humanitaria y de seguridad fronteriza sin precedentes a lo largo de nuestra frontera sur.
México ya ha permitido que Estados Unidos regrese a algunos migrantes a su territorio para esperar que se resuelvan sus casos de asilo.
Mientras tanto, en Washington, Trump ha pasado meses enfrentándose a legisladores por su muy prometido muro fronterizo y la lucha incluyó preguntas de los demócratas de si realmente había crisis en la frontera.
Ese conflicto aumentó el mes pasado cuando Trump declaró una emergencia nacional para obtener miles de millones de dólares adicionales para la construcción.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró “legítima” la posición del presidente Donald Trump, y aseguró: “Vamos a ayudar nosotros en todo lo que podamos. No queremos de ninguna manera confrontarnos con el gobierno de Estados Unidos; vamos a mantener una relación muy respetuosa con el gobierno y con el presidente Donald Trump.
López Obrador informó que instruyó a los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, para que ayuden con la demanda del gobierno estadunidense, y “es legítimo que estén ellos inconformes y que hagan estos reclamos, nada más que nosotros tenemos una concepción, si no distinta, sí con algunos matices”. (Con información de: La Jornada)