Echarles la culpa a gobiernos pasados por la inseguridad y la violencia es algo que ya se ha vivido en Quintana Roo.
El actual gobierno estatal, encabezado por (el panista) Carlos Joaquín, acusó a sus antecesores de la escalada de violencia. En el último año del priista Roberto Borge hubieron alrededor de 60 ‘ejecutados’ y la incidencia fue creciendo de manera geométrica. En 2019, esa cifra prácticamente es mensual.
Ya van dos jefes estatales de la policía, dos fiscales generales y el oleaje de refuerzo federales y del ejército.
El presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en echar culpas al pasado, tras lo ocurrido en Minatitlán. En Quintana Roo también se responsabilizó a los anteriores gobiernos locales
Y no sirvió de mucho.
Y quizá, Quintana Roo padezca, como otros estados, de la estrategia fallida del Gobierno federal, si es que la tiene.