Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO, MX.- Tras cumplir una condena de 30 años por matar a sus tres hijos, Claudia María Mijangos Arzac, llamada La Hiena de Querétaro, salió de prisión a los 62 años de edad.
La mujer, que posteriormente, fue internada en una clínica siquiátrica privada; abandonó el penal de Tepepan, en el sur de la Ciudad de México, a las 15:00 horas del miércoles acompañada de su sobrina.
El 24 de abril de 1989, Claudia asesinó a puñaladas a sus tres hijos en su casa ubicada en la Colonia Jardines de la Hacienda, en la capital queretana. Las tres víctimas fueron identificadas como Claudia María de 11 años, Ana Belén, de 9, y Alfredo, de 6.
Inicialmente fue internada en penal femenil de San José el Alto, en Querétaro, pero tras varias pruebas clínicas se le diagnosticó epilepsia del lóbulo temporal, acompañado de una perturbación de la personalidad tipo paranoide, que actualmente se identifica como esquizofrenia.
Por ello, se le suspendió el procedimiento penal ordinario y fue ingresada al área psiquiátrica del penal de Tepepan, ubicado en Xochimilco, el 10 de septiembre de 1991.
Nacida el 25 de mayo de 1955 en Mazatlán, en donde fue reina de la belleza, Claudia María estudió la carrera de comercio.
Allá se casó con Alfredo Castaños y al poco tiempo se mudó a vivir a Querétaro, en donde estableció una tienda de ropa en el Pasaje de la Llata. A los pocos años de residir ahí se divorció cuando tenía tres hijos.
En el expediente se estableció que Claudia María comenzó a sentir ataques psicóticos. Se llegó a decir que veía ángeles y demonios.
Tres días después de la masacre declaró ante el Ministerio Público que el responsable del triple asesinato era el padre Ramón, a quien conoció cuando daba clases de Catecismo, Ética y Religión en el colegio Fray Luis de León.
“El padre Ramón me hablaba telepáticamente, él influyó para que me divorciara, pero como mi madre era un freno moral para que me uniera a él, el padre Ramón con maleficios mató a mi madre, como me sigue trabajando mentalmente para poseerme y también mi marido quiere regresar conmigo y me trabaja mentalmente, fue tanta la presión que me descontrolé”, dijo ante las autoridades.
En una segunda declaración dijo no recordar nada. Incluso decía que debía prepararles el desayuno a sus hijos. (Agencia Reforma)