Visión Intercultural
Francisco J. Rosado May
fjrmay@hotmail.com

La inseguridad y la llegada del sargazo en las costas de Quintana Roo, en las últimas tres semanas, dominaron las noticias locales y estuvieron presentes a nivel nacional e internacional. Sin duda son dos temas de alta importancia, pero ¿porqué y cómo llegamos a eso?

La reacción gubernamental y social ante los temas antes mencionados se pueden resumir en: más coordinación, más recursos y una mejor planeación. Sin duda, de estas acciones habrá algún resultado, esperamos, adecuado. Éstas reacciones también son típicas de lo que coloquialmente llamamos “bomberazos”. No terminamos de salir de un asunto y ya tenemos otro encima que nos ocupará y no nos daremos tiempo de hacer una pausa y reflexionar qué hacemos, cómo lo hacemos y porqué lo hacemos.

En entregas previas he abordado el tema de los saberes indígenas y la importancia que está recibiendo actualmente, incluso por parte de grandes organizaciones como el Banco Mundial. Haríamos mal si solo consideramos el conocimiento indígena en sí y como lo podemos aplicar para enfrentar los grandes retos, como los ambientales, actuales. También hay que tomar muy en cuenta que el conocimiento y las decisiones emanan de una filosofía que no siempre es visible pero que guía las políticas, acciones, leyes, etc. Y es ahí donde los tomadores de decisiones, los políticos, gobierno, etc., necesitan dedicar tiempo y atención.

Uno de los argumentos que he escuchado con cierta frecuencia es que en las culturas indígenas no hay una noción del futuro como lo tenemos en las culturas modernas occidentales. Este argumento se basa en estudios lingüísticos de culturas indígenas, los cuales concluyen que ante la falta de claridad en la diferencia entre el presente y el futuro, para los integrantes de la cultura que no tiene esa distinción lingüística implica que sus hablantes no se preocupen por el ambiente, lo que se traduce en una falta de planificación para el uso de recursos naturales y por lo tanto para prever el futuro (ver nota en https://www.animalpolitico.com/bbc/idioma-ver-futuro-diferente/). Esta idea originó el campo del relativismo lingüístico y la famosa hipótesis Sapir-Whorf después de estudiar a los Hopis en Estados Unidos (http://www.redalyc.org/html/859/85924629004/) y se han hecho estudios en muchas culturas originarias que, me parece, conllevan a conclusiones discutibles como el argumento que abrazan quienes no creen que los pueblos indígenas tienen filosofía o que sus saberes pueden realmente contribuir a solucionar problemas del presente para lograr un mejor futuro.

Conocemos las diferentes variantes del tiempo futuro en español. Tenemos el futuro simple (conservaré) y el compuesto (conservaría), el condicional simple (habré conservado) y el compuesto (habría conservado), el ante futuro (hubiere conservado).

En Maya conocemos poco. Hay un futuro incompletivo (je’el in janale’, si comeré), un futuro completivo condicional (wa(j) janen, si haya comido) y un futuro irreal (bíin janalnaken, comeré o iré a comer) (tomado de “Diccionario de la conjugación de verbos en el Maya Yucateco actual”). En Maya se usa la palabra cuidar (kanan) para querer decir conservar, ¡tienen implicaciones diferentes!

Si bien el idioma Maya es diferente que el Hopi (cultura que fue la base del estudio que dio origen a la hipótesis Sapir-Whorf) la percepción occidental sobre la cultura indígena es la misma para ambos pueblos, predomina el relativismo lingüístico. No olvidemos que hasta hace unos cuantos años el Maya era apenas un “dialecto”, y para muchas personas lo sigue siendo.

La noción de que los pueblos indígenas no piensan en el futuro, no planifican para el cuidado de sus recursos naturales, porque en sus idiomas no existe evidencia de un desarrollo de pensamiento para el futuro, está en franca contradicción con los hechos reconocidos internacionalmente: en manos, mentes, corazones y saberes de los pueblos indígenas está alrededor del 80% de los recursos naturales del planeta, muchos de los cuales aun guardan excelente estado de conservación debido al manejo que reciben.

La explicación es sencilla, para los pueblos indígenas el mejor futuro se construye a través de las acciones del presente. El desarrollo sostenible, alcanzado por ellos, descansó en esta sencilla pero profunda premisa.

En otras palabras, las decisiones y acciones que hoy se tomen para atender el grave problema de inseguridad y la llegada del sargazo, influirán el futuro, tal y como las decisiones sobre construir en las dunas, tomadas en el pasado, está afectando el presente, que constituyó, a su vez, el futuro cuando se tomó la decisión.

¿Y la política y campañas actuales en Quintana Roo? También están sujetas a esta situación. La decisión que tomemos hoy determinará el mañana. ¿Que futuro deseamos?

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