Demasiado temprano se dio el encuentro estelar en la seguidilla de cinco días de debates (des) organizados por el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo).
El debate entre los candidatos del Décimo Distrito (D10) ocurrió más o menos como se esperaba. La panista Lilí Campos, el morenista Juan Carlos Beristain y José Luis ‘Chanito’ Toledo, de Movimiento Ciudadano, se dieron hasta con la cubeta, aunque con acusaciones de sobra conocidas.
Es los debates, es de esperar que alguno de los candidatos saque ‘el as bajo la manga’ y formule una acusación inédita contra su principal adversario, que sería el tema de conversación al día siguiente.
Pero las acusaciones vertidas ayer, ya eran del dominio público. Que si uno tiene denominación de origen borgista y es cómplice de créditos que se esfumaron, que otra está despojando de sus viviendas a invasores, y que el otro forma parte de un clan que está destruyendo un municipio.
Y como suele ocurrir en los debates, nadie contesta las acusaciones en su contra. La panista Campos no supo cómo defender la estrategia estatal de seguridad pública, el ‘morenista’ Beristain evadió las condiciones de desastres del municipio de Solidaridad y ‘Chanito’ no supo explicar su complicidad en los créditos solicitados por los entonces gobernador Roberto Borge y presidente municipal de Solidaridad, Filiberto Martínez.
Ante la intensidad de adjetivos y descalificaciones, lo que de alguna forma se confirma es que la pelea está cerrada entre ‘Chanito’ Toledo, Lilí Campos y Juan Beristaín y que el proceso en el D10 sigue siendo la “madre de todas las batallas” de este 2 de junio.
