¿Cuál era el proyecto de universidad que tenía en mentes Miguel Borge Martín al momento de fundar la UQRoo?

El veterano periodista veracruzano, Javier Chávez Ataxca, en una nota de prensa de 2002 con la que dio la triste noticia de la llegada a rectoría de la UQRoo de un deleznable académico que hizo carrera a costa de un ancestro que fue repudiado por los mayas de Quintana Roo, rescató una idea que sirve idóneamente para la historia de los anales de la infamia de la educación en Quintana Roo.

Borge Martín, al candidatear a su gallo Manuel Díaz Carvajal para ocupar el puesto que dejaba vacante Efraín Villanueva Arcos, estaba convencido de que la universidad debía ser un simple apéndice institucional para la formación de cuadros burocráticos no pensantes que engrasen el sistema económico y político regional:

“Díaz Carvajal es un probado -decía Borge Martín- y leal cuadro del sistema priísta que bajo ningún concepto permitiría que la universidad sea plataforma o centro de conspiración en contra del mismo sistema”.[1]

Eso fue hace 17 años, una generación completa ha corrido desde entonces. Actualmente, con una democracia en construcción y la llegada al poder de la izquierda tanto a nivel federal como estatal, tal parece que el apotegma de Borge Martín, por paradójico que sea, sigue presente en la UQROO. ¿Pero de qué tipo de “conspiración” estamos hablando? Los tiempos autoritarios de Borge Martín y la constitución del proyecto original de la UQROO se han completamente diluido con las distintas modernidades que circunnavegan el antiguo Territorio de Quintana Roo: hoy la plaza pública, la transparencia y la democracia deben ser las condiciones sine qua non con que se deben regir las instituciones que en teoría debieran de ser almácigo para un capital social de alto nivel, y respuesta profunda y científica para los problemas que atañen a la región.

Pero hoy la UQROO, con las distintas mafias académicas de dentro (dedicadas a la noche de los cuchillos largos y a hacerse las guerras inter-tribales), necesita cirugía mayor, necesita que un nuevo apotegma (la UQROO como brújula y centro neurálgico de la ciencia en el Caribe mexicano) se afiance, ¿quién podrá contra esa hidra cancerígena escudada en la academia fifí tropical?

[1] “La rectoría siempre estuvo ocupada por políticos. Rosado May, primer académico que dirigirá la Universidad de Quintana Roo”. Por Javier Chávez. La Jornada, 3 de septiembre de 2002. En http://www.jornada.unam.mx/2002/09/04/034n3est.php?printver=1

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