JOSÉ MARÍA MORELOS, MX.- En la zona maya de Quintana Roo e incluso en las comunidades rurales de Yucatán, la fiesta de los toros implica mucho más que una corrida taurina, como las que eventualmente se trasmiten en televisión, en que lucen rabiosos astados, pacientes picadores y caballos con temerarios y elegantes toreros.
Las corridas de los toros en las comunidades de la Península de Yucatán son parte de ritual de profundo arraigo; en la tradición va más allá de los tres tercios en que astados y toreros son los protagonistas.
Una fiesta de toros es una esperada, larga y diversa fiesta en la que se combinan tradiciones, estilos y la esencia de las comunidades que conservan su extracto maya.
Don Jacinto Chí Seca, que cuando llego a José María Morelos, al celebérrimo Kilómetro 50, aún no se realizaban fiestas patronales que estaban relacionadas con las fiestas taurinas.
En el año 1957 llegó a la cabecera municipa y desde ahí empezó la historia de una fiesta ya de muchos años cuando celebraban al patrono San Isidro Labrador.
La fiesta inicia desde elegir el espacio donde se va a armar el ruedo, el corte de la madera que como tradición le dicen el ta’as ché de 3 metros de largo con hierba encima para que se pueda acomodar los asientos.
“A las 4 de la tarde hay “Choco Xix”, hay carne, nosotros estamos vendiendo rabaneros, pepinos, calabaza, está bonito, afuera del ruedo lo despedazan, le sacan las piernas, lo cuelgan y jálale a vender, mucha gente hace cola”.
Los ruedos taurinos conforme fueron pasando los palcos se fueron mejorando, aunque desde 1957 realizaban ruedos con una capacidad para tres docenas de sillas que eran alquiladas con antelación.
En esa época no había toros de casta, había lo que se llamaba cebú; la fiesta iniciaba desde las 2 de la tarde y alrededor de las 4 de la tarde ya se preparaba el tradicional chocolomo para el consumo de las familias.
Además de la tradicional gastronomía y la venta de carne de res, posterior a una corrida de toros, esto representaba una gran convivencia, la tradición que une a las familias y que con el tiempo se fue incluyendo también a los festejos religiosos.
“La gente puede hacerlo en chilaquil, bistec, chocolomo, así como tradicionalmente nomás pimienta le ponen, ajo, hay muchos tipos de comida se puede rejalar, tostarlo y comer con tomate tamolado es una comida muy bonita”.
Don Pascual Uc Witizil, otro fundador, relata que cuando llegó Kilómetro 50 fue poblado por personas de Yucatán y las fiestas taurinas ya estaban presente como una tradición.
Recuerda las grandiosas fiestas patronales en la que muchas personas de otros lugares venían al kilómetro cincuenta.
“Es el gusto que tuvo la gente por las corridas que se instaló en esa época cuando daba las tres ya la corrida ya empezó, cuando diga las 3 y media ya salió la carne, hay unos que solo vienen a comer la carne y se van a sus pueblos, es lo que comentan muchos, cuándo va a regresar la corrida de toros como en años anteriores”. (Noticaribe)